Walter Valle, Willian Hernández y Carlos Rojas han cruzado el Atlántico para hacer las prácticas del posgrado de Cuidados Paliativos en la UCP del Centro San Camilo. A través el Instituto Salvadoreño de Seguridad Social realizaron el posgrado del Centro de Humanización de la Salud on-line, después Xabier Azkoitia (profesor del CEHS y responsable del programa de acompañaminto al final de la vida) se desplazó para completar la formación teórica de forma presencial y ahora están haciendo las prácticas durante cinco días en la Unidad de Cuidados Paliativos del Centro San Camilo.
“Cada minuto cuenta, cada día es una experiencia única e irrepetible. Aquí encontramos mucho más de lo que los libros plasman, la práctica es complementaria a lo teórico, un bagaje de conocimientos, de información y de experiencia” asegura William Hernández.
“A mí me ha sorprendido todo, desde las instalaciones hasta la organización: el ambiente laboral, el compañerismo, las ganas de enseñar por parte de todos y los casos, que son más complejos de lo que cada uno espera” afirma Carlos Rojas.
“Es muy importante que las instalaciones tengan esa calidad, detalles que no pasan desapercibido, la calidez del trato humano que tiene todo el equipo y el trabajo en equipo, cómo se complementan para atender y acompañar a quien lo necesita” añade Walter Valle.
Los tres médicos tienen como objetivo implementar todo lo aprendido a su regreso. Y confiesan llevar la mochila cargada de experiencias. “En San Camilo el abordaje es muy diferente al que estamos acostumbrados y nos sorprende: nos ha cambiado la perspectiva. Aquí se busca el confort del paciente, incluso se cambian los medicamentos” explica Carlos.
“Allí al médico se le enseña otra pauta de tratamiento y es muy difícil arrancarle lo que durante diez años se le inculca. Nos llama la atención el seguimiento que se hace también a la familia y cómo se la continúa acompañando a lo largo del duelo” destaca William.
“Además, lo que hace falta es formación en medicina paliativa a lo largo de la carrera, ya que solo se menciona pero no se profundiza y es un área tan importante como las otras. Sin olvidar el tratamiento integral de la persona” subraya Carlos.
“Antes yo pensaba que con los pacientes finales no se podía hacer nada y, sin embargo, ahora he aprendido que se puede hacer muchísimo. Para mí era un fracaso no poder hacer nada más, y es lo contrario. Esa es la ganancia del curso y lo que me llevo de estas prácticas” revela William y añade: “Nuestra idea es poder formar un equipo en nuestro país donde podamos cambiar el “chip” de médicos, legisladores, familiares…”
Por último, concluye Walter: “Nos llevamos el trabajo en equipo, el control de síntomas para quitar el dolor, y luego el acompañamiento hasta el fallecimiento y después a los familiares a través del Centro de Escucha”. A lo que añade Carlos “Yo lo que quiero empaparme de esto, seguir aprendiendo y llevarme tanto experiencia como conocimiento, para aplicarlo allá cuando podamos hacer atención domiciliaria, consulta privada… hay un campo muy amplio”.
Los tres recomiendan estos estudios superiores en los que permanece abierto el periodo de matrícula desde nuestra web humanizar.es.