El programa Final de Vida y Soledad cumple 5 años

Coordinado por el Centro San Camilo en la zona Madrid Norte desde 2015

Desde hace cinco años el Centro San Camilo impulsa el programa Final de Vida y Soledad, financiado por la Fundación laCaixa, que tiene como objetivo acompañar a personas que se encuentran al final de la vida y en situación de vulnerabilidad y sufrimiento por la soledad.  

Para ello promueve una red comunitaria en la zona norte de Madrid constituida por entidades y asociaciones que, coordinadas, dan respuesta a esta necesidad en los diferentes ámbitos de actuación: residencias, hospitales, domicilios, discapacidad y acción social. Una red que pretende dar respuesta al gran sufrimiento generado por la soledad, identificado como uno de los grandes males de nuestro tiempo. 

Afrontar el final de la vida es de por sí una tarea compleja que nos coloca frente a uno de los grandes espejos en el que observar el camino recorrido a lo largo de nuestra existencia. Pero transitar esta etapa en soledad aumenta en gran medida el sufrimiento que puede encontrarse, cronificarse y hacer que la persona se estanque.

Para garantizar un acompañamiento de calidad, cualificado para afrontar las dinámicas de sufrimiento que se dan en el ámbito del final de la vida, todos los voluntarios y coordinadores de la red reciben una formación inicial en relación de ayuda y final de la vida y posteriormente la formación específica del ámbito en el que actúa el voluntario. Asimismo se facilita la formación continua que permite al voluntario seguir actualizando, profundizando y posando la experiencia que va acumulando a lo largo del voluntariado. 

Este programa arrancó el 2015 con una primera experiencia piloto impulsada desde el Centro de Humanización de la Salud de los Religiosos Camilos y actualmente la red de Madrid Norte está formada por más de 40 entidades y más de 200 voluntarios que, gracias al esfuerzo y el compromiso de entidades y voluntarios en el último año acompañaron a más de 3.000 personas realizando más de 22.000 intervenciones. Acciones que pretenden a su vez dinamizar el tejido comunitario a nivel local como medio clave para hacer frente a la soledad y fomentar el compromiso con las personas solas al final de la vida. 

La situación actual de pandemia ha puesto de manifiesto la dolorosa experiencia de la soledad al final de la vida, la importancia del acompañamiento tanto a las personas enfermas, como a sus familiares y la potencialidad del trabajo comunitario a nivel local para acompañarse ante el sufrimiento y la dificultad. “Esta situación es un reto y una oportunidad para el programa, ya que la limitación del contacto social y las restricciones de acceso a las instituciones sanitarias y sociosanitarias agrava la experiencia de soledad de muchas personas que padecen una enfermedad y alta vulnerabilidad” afirma su coordinador Roberto Pérez. 

Frente a este escenario los objetivos del programa cobran aún más relevancia. El esfuerzo por reinventarse y dar respuesta que está haciendo la red es fundamental, para lo que continúa extendiendo la implicación y colaboración de administraciones locales como inicialmente lo hicieron de forma pionera Tres Cantos y después Colmenar Viejo.