Formación ocupacional en atención sociosanitaria a la dependencia

Una oportunidad para que personas desempleadas encuentren trabajo

 

El 31 de mayo comenzó una nueva edición del Certificado de Profesionalidad en el Centro San Camilo. Un grupo de 15 alumnos, confeccionado previa selección, ya que han cumplir con los criterios del proyecto Formación Ocupacional en Atención Sociosanitaria para mejorar la Empleabilidad e Integración Sociolaboral de Población Vulnerable en su convocatoria 2020

Se trata de un programa subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid, que permitirá formar a estar personas en “Atención a personas dependientes en instituciones sociales”, un ámbito que cuenta con un alto índice de empleabilidad.

El objetivo es mejorar la formación de estas personas: desempleados de larga duración, jóvenes en paro y mujeres mayores de 45 años en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión social, para que mejoren su perfil laboral y puedan incorporarse al mercado de trabajo tras el curso

El Certificado de Profesionalidad consta de una serie de módulos teóricos que se complementan con un periodo de prácticas en el propio Centro San Camilo, lo que les permite una vivencia real de este trabajo, donde se encontrarán con situaciones cotidianas a las que tendrán que enfrentarse cuando encuentren un empleo. Algo que valoran mucho las empresas del sector, por lo que el grado de incorporación laboral tras el curso el muy alto, según la experiencia de otras ediciones del Certificado. 
 
Por ello, el centro está muy ilusionado con esta formación específica. “Estamos seguros de que este curso ofrecerá una oportunidad a estas personas para insertarse laboralmente cuando lo terminen” asegura Estela Márquez, una de sus profesoras. “Además, es un grupo muy motivado y comprometido” añade.

Lo hemos comprobado al irrumpir en una de sus clases, mientras realizaban una simulación o role play. Una alumna se hacía pasar por un enfermo en situación de dependencia que estaba atravesando una depresión y sus compañeros se metían en el papel de auxiliar que ha de atenderle. 

“Esta es la realidad y tenemos que prepararnos para ella. No podemos actuar de cualquier manera, debemos colocar a persona en el centro de nuestros cuidados midiendo cada gesto, cada palabra…” explica Estela, quien va comentando cada intervención de los alumnos. Todos participan, se ponen en la piel del que sufre y van corrigiendo sus respuestas. 

Un grupo alumnos que ahora se tomará unas vacaciones pero retomará las clases en septiembre y que aprovecha esta formación consciente de las puertas que les abrirá en el futuro, por lo que se muestran entusiasmados y agradecidos.