"El duelo se presenta como un gran portador de sufrimiento, y es precisamente en esos momentos de desesperanza donde la persona puede dirigirse por caminos muy diferentes". Así reflexiona sobre el duelo Consuelo Santamaría, psicopedagoga, profesora y experta en duelo del Centro de Humanización de la Salud para la revista Vida Nueva.

En el artículo, Santamaría repasa cómo en diferentes sociedades, lugares y culturas, esta experiencia se vive de manera muy distinta. Así, "en sociedades como la nuestra, donde la muerte no se afronta como algo natural, he encontrado a personas que, sin creer, han deseado poder creer, porque solo en Dios podrían alcanzar la paz y almentar la esperanza de encontrarse algún día con ese hijo que habían perdido" (...) "También me he encontrado con personas de fe que no queiren ni oir hablar de Dios. Estas personas no han entendido que la muerte es tan natural como la vida. Por eso echan la culpa a Dios".

Si nos trasladamos a otros lugares, muy pobres, que están sufriendo mucho, "como en Sierra Leona, país en el que he estado trabajando para paliar el dolor por la pérdida de muchos -ébola-, he encontrado una gran capacidad de resiliencia y una fe profunda, que les ayuda a vivir estas pérdidas".

Santamaría recuerda, "el duelo "duele" a todos, pero las estrategias de afrontamiento cambian según las personas, las culturas, la situación personal o el estilo de vida". Aunque encuentra un posible nexo común: "en mi experiencia, he constatado que la fe es un factor determinante para recuperar la paz que la muerte nos arrebata a todos y reconducir el sentido de la vida".