“La pornografía afecta a la salud sexual y mental”

Entrevista a Alejandro Villena, psicólogo y sexólogo, antes de su seminario gratuito

Alejandro Villena es psicólogo general sanitario y sexólogo. Pertenece a la Asociación Dale Una Vuelta (proyecto social sobre la adicción a la pornografía), miembro de la World Association For Sexual Health (WAS), profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador en la Universidad Internacional de La Rioja, es autor de varios libros sobre sexualidad. Recientemente ha publicado ¿POR qué NO?: cómo prevenir y ayudar en la adicción a la pornografía

El próximo jueves 1 de febrero, de 18:00 a 20:00 horas, será el protagonista del segundo encuentro del ciclo “Invisibles” del Centro San Camilo de Tres Cantos. Un seminario gratuito previa inscripción, gracias a la subvención de la Comunidad de Madrid, que brindará la oportunidad de los asistentes a participar en un coloquio sobre los daños que causa la pornografía en nuestra sociedad. Como adelanto, hemos charlado con él.

-    Afirma que el porno no es saludable, ¿cómo lo define? 
-    Siempre defiendo que la pornografía no es saludable porque no hay ningún estudio que afirme que proporcione más salud mental ni sexual. La defino como agresiva, adictiva, con una mirada hacia la sexualidad  muy alejada de lo que tiene que ver con el sexo real. Es un guion sexual basado en el “yo” y en el “ya”, despersonalizado, muy alejado de la afectividad humana, del vínculo, de la relación, que acaba deteriorando también el placer y convierte el sexo en un producto en lugar de una experiencia compartida.

-    La pornografía genera adicción, ¿por qué?
-    Principalmente porque ataca los sistemas de recompensa del placer. El sistema sexual biológico está preparado para que la experiencia sea placentera y la pornografía la ataca directamente, se va produciendo una necesidad de recompensa mayor y va motivando a consumir más pornografía para sentir el mismo placer y los mismos efectos. Esto desarrolla la necesidad creciente de más cantidad de porno para sentir los mismos efectos, buscando una  pornografía cada vez más degradante. También hace que se pierda el control, el deterioro del lóbulo frontal del cerebro se va desgastando y se va produciendo el síndrome de disfunción ejecutiva. Eso va generando más dependencia y menos capacidad para decir que no a la pornografía.

-    Hablamos de un problema de salud mental 
-    Es un problema de salud mental categorizado por la OMS como trastorno por comportamiento sexual compulsivo. Sabemos que puede afectar a la salud sexual y a la salud mental, aumentando la depresión, ansiedad, soledad e aislamiento e interfiriendo en las relaciones de pareja. 

-    ¿Se puede prevenir? ¿Y controlar? 
-    Sí. Haciendo un trabajo de terapia y en Educación Primaria desde los 10 años, cuando empieza el consumo de pornografía, y hacer unos planes de prevención, desarrollo de pensamiento crítico e incorporación de herramientas. Se trata de dotar a los preadolescentes de estrategias para que sepan parar cuando se encuentran con este material. También podemos controlar desde un sistema de certificado digital que se está desarrollando por la Agencia de Protección de Datos para prevenir el acceso de los menores a la pornografía y, por supuesto, desde la educación en el aula y la educación en las familias. Con este plan integral, si los políticos lo ponen en el punto de mira e invierten dinero en desarrollarlo, conseguiremos estrategias con las que se pueda prevenir, controlar y, al menos, evitar muchos  daños. 

-    ¿Qué podemos hacer para acercarnos a nuestros hijos y hablar de este tema sanamente? 
-    Quitarnos nuestros prejuicios y miedos. Empezar a hablar y establecer canales de comunicación donde se hable con sinceridad, naturalidad y respeto, sin tapujos. Es un tema delicado que hay que tratar con cuidado y mucho cariño, pero hay que ponerlo encima de la mesa sin taparnos los ojos. Hablo de una educación sexualmente sensible, donde entrenemos a los adolescentes en habilidades como la empatía, la comunicación, la responsabilidad afectiva, la reciprocidad, la capacidad de compartir y dar al otro. Todo eso será una gran inversión para enseñarles lo que es una sexualidad real.

-    Hay todo un imperio económico alrededor de la pornografía, ¿conseguiremos acabar con él y con la espiral de violencia que se perpetúa, así como la cosificación de la mujer? 
-    La industria de la pornografía es una de las más grandes del mundo, mueve más dinero que Netflix o Amazon, tiene el doble de visitas (en billones) mensuales… Por mucho que le pongamos límites va a encontrar otras formas de mostrar su contenido; sin embargo, no es excusa para empezar andar como sociedad y poner fin a un producto que está haciendo mucho daño. Tenemos que proteger a la infancia y cuestionarnos sus efectos en los adultos. Necesitamos tomar mucha conciencia social y avisar de que es una industria que explota a las mujeres y tiene vinculación con el tráfico de personas, además de que el consumo de pornografía está relacionado con un mayor índice de violencia.

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