Marta Villacieros. Investigación CEHS.
Hace ya algún tiempo J.C. Bermejo y C. Santamaría en su libro El duelo. Luces en la oscuridad empezaban a hablar de las pulgas del duelo describiéndolas así: “Cuanto más desamparada se siente la persona, cuanto más se ambiciona entrar en el espacio íntimo y profundo, es cuando aparecen una serie de contratiempos, un sinfín de conflictos, problemas y dificultades anexas. Estas pueden formar parte de la vida diaria pero ahora el doliente se siente incapaz de afrontarlas; solo quiere llorar su pena”.
Las pulgas se concretan en aspectos como los problemas que generan las herencias o como las interpretaciones mentales dañinas que el doliente elabora. Da igual de donde vengan, producen desasosiego, aumentan el dolor y no deberían estar ahí. Son problemas que no tienen nada que ver con duelo sino con el momento de vulnerabilidad, y se añaden e instalan en el doliente junto con un sentimiento de incapacidad para afrontarlos.
Quisimos poner nombre a las pulgas y cuantificar, saber si se dan con mayor o menor frecuencia o con mayor o menor intensidad. Para ello lanzamos varios cuestionarios online. Estudios de investigación dirigidos a expertos en duelo y a dolientes. A todos ellos les preguntamos por cinco pulgas del duelo que ya teníamos identificadas: los procesos de heredar, la culpa que se genera, las posibilidades actuales de inmortalidad virtual, los problemas en el ámbito de la sexualidad y el impacto económico que suponen los costes derivados del entierro o de la reciente falta en el sustento familiar.
Los resultados que obtuvimos nos confirmaron que las cinco pulgas propuestas constituían pulgas y nos abrieron todavía más la mente; para los expertos en duelo la pulga más dañina (por intensa y frecuente) fue la culpa. Ellos valoraron que el 78% de las personas en duelo ven su proceso complicado por la culpa. Sin embargo, para los dolientes, la más dañina fue el proceso de heredar. Según ellos las herencias complican el duelo al 61% de los dolientes, antes de la culpa, que la refieren en un 30%.
Según los expertos, en segundo lugar quedaban el impacto económico y las herencias (afectando al 58% de los dolientes). Pero para los dolientes en segundo lugar se encontraban la culpa (30%) y la sexualidad (27%).
¿Que nos enseñan estos resultados?
En primer lugar nos abren la mente, nos dicen que hay muchos aspectos y circunstancias que rodean el duelo y que en ocasiones son infravaloradas, tenemos que seguir investigando. En segundo lugar nos llevan a reflexionar…., los expertos, ¿nos estamos centrando en unos aspectos mientras que los dolientes necesitan ayuda en ámbitos difíciles de abordar por fríos o por íntimos como los aspectos económicos o los problemas de la sexualidad?.
Un dato muy alarmante nos confirmó la necesidad de esta reflexión: el 91% de los dolientes que reconocieron problemas en el ámbito de la sexualidad, no pidieron ayuda. Y de las 32 personas que la pidieron el 70% manifestaron que por ella pudieron resolver sus problemas.
Estos datos destapan un porcentaje elevado de personas desorientadas cuando podrían estar siendo ayudadas. ¿Quizás deberíamos reenfocar nuestro trabajo?
Estos estudios, que os compartiremos más en detalle en la próxima publicación de un libro, nos han aportado mucha información muy valiosa.
También aprendemos que nuestro pacto con la sociedad ha de encaminarse hacia una profundización y mejora en el enfoque del proceso de elaboración del duelo, para detectar posibles pulgas de manera natural e integrada. Esperamos que con ellos los dolientes puedan atravesar estos momentos sintiéndose, al menos, más protegidos, escuchados y comprendidos.
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Pactos por nuestra mejora: investigando en "las pulgas" del duelo
domingo, 11 de septiembre de 2016 22:00h
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Centro de Humanización de la Salud