Los días 13 y 14 de noviembre, el Centro de Humanización de la Salud San Camilo celebró sus XX Jornadas sobre Duelo, que arrancaroncon las palabras de su director, José Carlos Bermejo: “Queremos poner luz y calor a los que ha experimentado la pérdida”, señaló. Un objetivo que el Centro cumple a través de diferentes vías. “Como nuestras publicaciones y los Centros de Escucha; pero también queremos que haya más formación en el ámbito sanitario, para tratar y prevenir el duelo, porque hay insuficiente en las facultades de teología y medicina de cara a los futuros profesionales” destacó.
APOYO A LOS CENTROS DE ESCUCHA
Acto inaugural en el que le acompañaba el concejal del Salud Pública de Tres Cantos, Mario Arancón, quien puso en valor el posicionamiento del municipio en la industria farmacéutica y aeroespacial, así como deseo de convertirlo “en la ciudad de la salud”, adelantando la construcción de un nuevo hospital “para ser sensible a las necesidades de la ciudadanía y recordó la inversión en salud mental, de la que también se realiza en colaboración con el Centro San Camilo. “Nos consideramos unos privilegiados por contar con los Camilos, por su faceta de cuidado y de formación” apelando al servicio del Centros de Escucha en la localidad.
La mesa de autoridades también contó con la presencia de Celia García Menéndez, directora general de Humanización, Atención y Seguridad al Paciente de la Comunidad de Madrid, quien hizo hincapié en el que el duelo aumenta las patologías. “Por lo que hay que saber diagnosticarlo, prevenirlo y acompañarlo, para lo que se necesitan equipos multidisciplinares” afirmó, recordando cómo está contemplado en el segundo Plan de Humanización de la región. Finalmente, hizo mención especial al voluntariado al final de la vida y a la labor de los Camilos en sus centros “que es encomiable, deberíamos aprender de ellos” subrayó.
EDUCACIÓN SOBRE EL MORIR
A continuación tuvo lugar la ponencia de José Antonio Luengo Latorre, decano del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, sobre el impacto de la muerte en el centro educativo. Por su experiencia en primera persona, destacó la responsabilidad de los entornos educativos “donde se aprende a vivir, pero donde tenemos que aprender a morir. Es un reto, es complejo, para la sociedad y la comunidad educativa”.
Una intervención donde habló de cómo los menores trágicamente se tienen que enfrentar a una muerte por violencia de género, repentina, suicidio… algo tremendamente difícil, donde los medios de comunicación no tienen derecho a inmiscuirse en el centro y hacer morbo de aquellos jóvenes que necesitan procesar lo que está pasando. “Tenemos que cuidar de los más vulnerables, que van a sentir la ausencia de su amigo que ya no está” añadió. En este sentido, abordó los momentos balsámicos de los ritos y el papel de la prevención “porque hay que aprender a recordar a quien se nos ha ido”.
CÓMO ENFRENTARSE AL MIEDO Y LA ANSIEDAD
La tarde finalizó con el coloquio protagonizado por el psiquiatra Alejandro Rocamora y la psicóloga Cristina Rocamora, padre e hija conversaron al hilo de su reciente libro “Nuestros miedos y nuestras angustias”. Moderados por Gema Moreno, en tono amable y clarificador se adentraron en el terreno de las emociones y los sentimientos, explicando conceptos como la ansiedad, el estrés, el duelo complejo o el colectivo.
Con ejemplos, fruto de su experiencia profesional, analizaron las consecuencias en nuestra salud mental de la actual dana o situaciones que ponen en el límite al ser humano, como el suicidio. Así, ambos destacaron la importancia de los valores en la intervención y el acompañamiento: “No se trata de buscar un sentido a la vida, la vida tiene sentido” recordaron “No preguntemos ‘por qué’ te quieres suicidad sino ‘para qué’, y así empezar a afrontar el problema”.
ATENCIÓN AL DUELO COMPLEJO
La segunda tarde de jornadas estuvo centrada en la atención al duelo complejo, a través de cinco actividades simultáneas y un coloquio. Presencial y transmitido vía streaming, el psicólogo especialista José González, realizó un taller sobre el itinerario en el duelo complicado. “Vivimos en una sociedad tanatofóbica donde no se habla de la muerte porque la tenemos miedo. Lo que no se nombra parece no existir, pero hace tanto daño que preferimos evitarlo. Tenemos que educarnos para aprender a vivir sabiendo que vamos a morir, y que vamos a sufrir por la muerte de otros” afirmó en una charla muy participativa y con dinámicas entre los asistentes.
En paralelo, se desarrolló una mesa redonda sobre los diferentes abordajes del duelo a nivel individual y grupal. Moderado por José Carlos Bermejo, con la participación de la directora del Centros de Escucha San Camilo, Marisa Magaña, representantes del Grupo Renacer y Francisco Fita. Encuentro en el que se constató que los grupos de ayuda mutua son efectivos en el acompañamiento ante la pérdida en circunstancias trágicas. “Es posible volver a vivir, aunque parezca imposible al principio” señalaron.
Por su parte, Paloma Cunillé, voluntaria del Centro de Escucha San Camilo, compartió su experiencia en el manejo de la soledad tras la superación del duelo; mientras que en cámaras Gesell, Roberto Pérez condujo la sesión “Acompañamiento emocional en el proceso de duelo, angustia, culpa y soledad” y Xabier Azkoitia la dedicada a “Cómo acompañar la dimensión espiritual del duelo”. Ambas con casos prácticos dramatizados, donde se analizaron las claves de la intervención en duelo desde el modelo humanizado.
RELATOS Y RITOS SANADORES
Tarde que finalizó con un diálogo entre los autores Santos Urías y Virginia Froilán, donde conversaron sobre sendos libros escritos desde la propia pérdida (el hijo de ella, el padre de él). Un coloquio titulado “Relatos que sanan” conducido por Valentín Rodil, responsable de la Unidad Móvil de Intervención en Duelo y Crisis, quien concluyó las jornadas con el ya tradicional ritual de cierre. En este caso con la elaboración de la extensa cuerda, que crece año a año, gracias a los nudos diversos, coloridos y únicos atados de los participantes a las jornadas.
Asistentes que también se llevaron como recuerdo, además del libro “Estoy en duelo”, un entrañable broche de tela en forma de corazón realizado por los residentes del grupo de manualidades del Centro San Camilo. Un ejemplo más de cómo poner “más corazón en las manos", tal y como reza el lema del Centro.
Jornadas sobre Duelo, presenciales y online, de entrada gratuita gracias a la subvención de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Tres Cantos y la Fundación “la Caixa”.