Moderado por José Carlos Bermejo, director académico de los Postgrados, el evento fue el último acto académico de la formación de Másters y Postgrados del CEHS así como de la Escuela de Pastoral de la Salud en su modalidad de invierno. Conceptos como culpa, responsabilidad humana, escrúpulos, resentimiento o religión mal enfocada se dieron cita, dejando de manifiesto la complementariedad entre ambas disciplinas, religión y psicología, más que enfrentamiento. Entre las reflexiones comentadas destacaron la diferencia entre culpa buena y sana y culpa mala, patológica, que impide progresar; la diferencia entre sentido de culpa (vinculado a la moral) y el sentimiento de culpa (unido a las emociones). En cuanto a si la religión contribuye a generar patológicamente sentimiento de culpa, se aclaró que dependiendo de cómo viva el individuo la religión, ayuda o entorpece. Francisco Álvarez recordó que, lejos de la asociación de sufrimiento-virtud y placer pecado, en el cristianismo Dios no pone énfasis en el cumplimiento de preceptos, sino en el amor, la energía más fuerte, terapéutica y a la vez vulnerable. Rocamora destacó diversas formas ocultas de manifestar la culpa, como la depresión, la euforia, la negación, y coincidió con Francisco Álvarez en entender la capacidad de perdonar como un signo de salud mental, y la necesaria comprensión ante la dificultad de perdonar.