“Me gustaría visitar el primer cohousing de Alzheimer”

Entrevistamos a Josep de Martí, fundador y director de Inforesidencias.com

 

Comprometido con el derecho a los servicios sociales, la atención a la dependencia y la protección civil de las personas mayores, Josep de Martí, lleva 24 años recorriendo el mundo y visitando residencias de personas mayores, con el objetivo de descubrir nuevos horizontes de convivencia, asistencia y atención en la vulnerabilidad para su web inforesidencias.com.

Es un experto, por eso ha participado como ponente en las XXVI Jornadas de Alzheimer del Centro San Camilo, donde ha compartido las novedades de modelos residenciales. Desde espacios donde los enfermos de Alzheimer forman un grupo de rock o personas turcas con deterioro cognitivo que alquilan habitaciones en Alemania sin perder sus tradiciones culturales. Siempre que se tenga cierto nivel adquisitivo, eso sí. 


- Hablas de nuevos modelos residenciales y de convivencia para personas con enfermedad de Alzheimer ¿en qué consisten?
- La idea “tradicional” de residencia que conocemos todos se está empezando a ver acompaña en diferentes lugares del mundo por formas de cuidado que tienden a la desinstitucionalización (vida en unidades pequeñas muy parecidas o íntegramente domésticas), a la organización en unidades de convivencia, a los dormitorios individuales, a los espacios significativos y reminiscentes.
 
- ¿Se puede hablar de nuevos modelo de cuidado? 
- A mí me gusta más hablar de “nuevos modelos” ya que, siguiendo la filosofía de cuidado de la Atención Centrada en la Persona han surgido diferentes modelos de atención en diferentes países. Siempre considerando las preferencias y no sólo las necesidades y potenciando un ambiente “humano” con actividades significativas. Me gusta el modelo Greenhouse de Estados Unidos, los Group Homes de Australia o el modelo Humanitas en Holanda.  La filosofía subyacente es parecida pero aportan diferencias.
 
- ¿Es posible el cohousing con Alzheimer?
- Lo veo difícil en los casos de 100% Alzheimer. Me gustaría visitar el primero que se cree, aunque existen modelos de formas de vida intergeneracionales que podrían funcionar. En el modelo de cohousing senior, uno de los grandes retos es afrontar la dependencia. Una forma de vida colaborativa requiere de ciertas capacidades. Aun así, hay iniciativas como la creación de “polos” de horas de atención domiciliarias. Se trata de una realidad que se está creando, por lo que hay que incentivar la creatividad a ver cómo encontramos las soluciones. En los viajes geroasistenciales de Inforesidencias, donde visitamos residencias en otros países, hemos visto modelos de apartamentos con servicios en los que personas con una demencia relativamente avanzada podían seguir recibiendo el servicio en sus apartamentos.

-¿Cómo incorporar el cuidado humanizado en estas formas de convivencia?
- Las ratios elevadas de auxiliares/gerocultoras, introduciendo figuras como “el profesional de referencia” o el “compañero de cuidado”, permiten la creación de vínculos que favorecen un trato más personalizado. El hecho de que el equipo comparta unos valores con los residentes y su entorno formando una comunidad, también puede facilitar. De todas formas, son cosas que son mucho más fáciles de decir que de hacer.