“Educar en prevención es la mejor protección contra el abuso infantil”

Margarita Gª Marqués conducirá el primer seminario del ciclo “Invisibles”

El pasado año conocimos a Margarita García Marqués, psicóloga y fundadora de ASPASI, la Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia. Un colectivo que nació de su mano, hace 17 años, para la prevención de esta lacra social y el acompañamiento a sus víctimas. 

Por ello protagonizó el seminario “Claves para la prevención del abuso a menores”, que despertó tanto interés que el Centro San Camilo ha vuelto a contar con ella para continuar informando a la población, dentro de un ciclo de encuentros para visibilizar realidades invisibles como los abusos sexuales en la infancia, la adicción a la pornografía, la prostitución y trata de personas, cuya asistencia es gratuita previa inscripción.

Margarita Gª Marqués nos visitará el martes 30 de enero, de 17:00 a 20 horas, y mantendrá un coloquio con todos los asistentes junto con José Carlos Bermejo, director del Centro San Camilo y autor del libro "Objetivo cero víctimas". Pero antes, compartimos la entrevista que nos ofreció con motivo de su intervención. 

¿Por qué nació ASPASI?
Desde 1988 observé como psicóloga que un porcentaje muy alto de las personas que acudían a mi, al trabajar con ellos con la técnica del niño interior, más del 80% de los casos tenía que ver con algún tipo de abuso que habían sufrido en la infancia, y sobre todo el abuso sexual, tema del que no se atrevían a hablar por miedo, vergüenza, sentimientos de culpa e indefensión…

¿Cómo fue el proceso?
Antes de fundar ASPASI en 2007, llamé a varias personas con las que había trabajado cuando eran niños y había detectado en ellos el abuso sexual. Años después no tenían secuelas de ningún tipo y puedo decir, que 25 o 30 años después, siguen sin tener secuelas de esos sucesos al haber podido revelar el “secreto” (el abuso sexual por parte de algún miembro de la familia) y  trabajarlo entonces.

Así creaste tu propio método
Lo denominé “Sanar es posible”, pero es importante tener la certeza y asegurarse de detectarlo a tiempo, además de trabajarlo de la forma adecuada. Eso ha dado la oportunidad a esos menores que sufrieron abusos sexuales en diferentes grados, a poder crecer como adultos maduros, responsables, alegres, asertivos, con buena autoestima y sin secuelas. 

La plasticidad del cerebro infantil ayuda
Así es, estos resultados de décadas de trabajo me han dado la oportunidad de demostrar que el cerebro es plástico y se pueden hacer conexiones saludables, a pesar de las vivencias traumáticas que creíamos imposibles de restablecer. Cuando trabajamos en la detección y acogemos al menor de la forma adecuada, las secuelas son mínimas o nulas.

Conoces de primera mano el abuso
Efectivamente. La situación que me tocó vivir y que me dio fuerzas para crear ASPASI fue cuando abusaron sexualmente de uno de mis hijos, y fue cuando en mi interior nació la posibilidad de frenar en parte esta problemática. Dentro de mí dije “¡basta, tenemos que hacer algo con todo esto para que no siga ocurriendo!” Desde entonces nos dedicamos a la prevención a través de jornadas, congresos y seminarios informativos. Además de nuestras prácticas con futuros profesionales.

¿Cómo se trabaja con niños y adolescentes?
La forma de trabajar en la prevención de la violencia sexual es darles herramientas. Trabajamos diferentes temáticas relacionadas con la autoestima, asertividad, comunicación, resolución de conflictos, inteligencia emocional, etc. Introduzco ejercicios para que aprendan a prevenir el abuso sexual (sin que se percaten que es para eso), así aprenden métodos relevantes que les ayudarán en el futuro.

¿La clave para los profesionales?
Tenemos la estadística atroz de que una de cada cinco personas en Europa es abusada sexualmente antes de los 14 años. Por tanto, a los profesionales que trabajan en este entorno es relevante formales para que puedan comprender, concienciarse y así trabajar desde una perspectiva real de lo que está sucediendo. Las herramientas, pues, no son las mismas para padres que para profesionales, ya que la función de unos y otros es distinta.

¿Cómo podemos “educar desde el amor”, en medio de una sociedad convulsa y acelerada?
Para mí es necesario empezar a aprender a pararnos en momentos determinados en el día a día, a respirar, a saber estar con nosotros mismos; además de crear espacios de confianza donde conectarnos con nuestros hijos y acogerles. Aprender a escucharles más allá de las palabras, a ver los síntomas y señales de los menores cuando tienen un problema que no saben resolver. 

Porque el niño de hoy será el adulto de mañana…
Y situaciones que vivimos en la infancia determinarán en gran parte quienes somos y seremos; por tanto, debemos educar con amor siempre, vivimos muy acelerados y sin darnos cuenta de que la vida se pasa sin conocernos ni conocer a los que amamos realmente.

¿Cómo podemos prevenir de forma práctica? 
Hay muchas formas de prevenir y proteger. Pidiendo una charla en el colegio de nuestros hijos o sobrinos, compartiendo por redes los cuentos o libros, enviando artículos a profesionales del entorno de los niños o a padres, etc. Ayudando a abrir los ojos de forma saludable, conseguiremos evitar muchos de los abusos en el futuro.

¿Y ayudar también a los abusadores?
Solo abriendo los ojos podremos proteger a nuestros menores, y podremos también detectar y ayudar a los abusadores. Todos nos ponemos en el lugar de que nuestro niño o niña sea abusado, pero nadie se ha planteado que su hijo o hija pueda ser un abusador, y la prevención y detección es tanto para el abusador como para el abusado. 

¿Cuándo llega el perdón?
No en todos los casos puede haber reconciliación, depende del grado de abuso; además del reconocimiento del abuso por parte del abusador, de que sanemos bien ambas partes y que el perdón llegue sin forzarlo. Es fundamental sentir el perdón dentro de nosotros para que la sanación a nivel individual de cada uno nos dé la plenitud de recolocar una historia que sucedió. Lo que he visto a lo largo de mi trabajo es que sanar es posible. El perdón llega solo cuando hay arrepentimiento y la sanación se ha logrado en todo el sistema familiar.