Inmaculada Echevarría: ¿De quién hablamos?
lunes, 02 de abril de 2007 22:00h
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José Carlos Bermejo
¿Es eutanasia? ¿Es limitación del esfuerzo terapéutico? ¿Es interrupción de un tratamiento solicitada por el paciente? Y en medio de la complejidad de las cuestiones éticas que tienen que ver con el final de la vida, muchas personas reaccionan ante el caso o ante "el tema" (sic!) inmediatamente; se diría también impulsivamente (en la calle se dice "con las tripas"), sin ni siquiera haberse dado un poco de espacio reflexivo o dialogal para despejar alguna de las preguntas que están en el baile o, al menos, para dejarse interpelar por la realidad. Cualquier reacción surgida de esta manera no merece ser considerada.
Lo que está claro es que cada vez la frontera entre eutanasia y otras situaciones es más sutil y tienen derecho a hacerse preguntas los que dicen: ¿qué diferencia hay entre esto y uno que pide directamente que le quiten la vida con una inyección? (sentido propio de la eutanasia).
Como cada uno se tiene que hacer un juicio, yo quiero hacerme uno prudente (la vieja virtud griega) y humilde (tan relacionado con la humanización). Y el que me hago es que estamos ante la solicitud de una persona competente, de manera reiterada, de que le retiren unas medidas de soporte vital. Tal solicitud está no sólo dentro del marco de la ley sino también dentro del marco de la moral cristiana tradicional.
Pero hasta aquí respondemos a la pregunta "¿de qué se trata en este caso?" Una vez más hay que decir que la buena ética comienza por los buenos datos, y eso implica conocer bien la realidad. Y ¿quién conoce la realidad? Yo no. No conozco la historia, la biografía de Inmaculada, el modo como ha sido acompañada, cómo han sido tomadas las decisiones en los momentos difíciles. Y esto es importante. Por eso, aparte de tantas imprecisiones y mentiras que han sido arrojadas en muchos medios de comunicación (y fáciles de demostrar), en particular por cuanto se refiere a la postura y dimes y diretes de instancias de la Iglesia, creo que ante Inmaculadal se requiere "un poquito de porfavor", un poco de respeto a su biografía que en este momento se ha realizado de manera noble y digna. Y esa sería la pregunta "¿de quién hablamos? Y ésta, parece preocuparnos menos.