Con motivo del Año Jubilar dedicado a la Esperanza, un grupo de trabajadores y voluntarios del Centro San Camilo ha participado en una peregrinación a Roma, coincidiendo con la celebración del Jubileo de los Enfermos.
Tiempo para el encuentro, la relación y el cuidado entre compañeros, con el cultivo de la esperanza como ancla, que ha pasado también por Florencia, cuna del “Renacimiento”, donde comenzaron los cinco días del camino en busca de las raíces del carisma camiliano.
EN EL CORAZÓN DE SAN CAMILO
En representación del resto del equipo, la delegación visitó el epicentro de la Orden de San Camilo: la Iglesia de la Magdalena, en el corazón de Roma. Oportunidad que el provincial de España y director del Centro, José Carlos Bermejo, aprovechó para explicar in situ la vida, obra y muerte de San Camilo, así como la fundación de la Orden a finales del siglo XVI.
Allí fueron recibidos por el superior general de la Orden, Pedro Tramontini, quien les animó a continuar el legado de Camilo de Lelis "cuidando con más corazón en las manos”. Asimismo, recorrieron sus estancias, reliquias, tesoros de la Orden y, ante los restos del santo, celebraron el Año Jubilar de los 450 años de su conversión.
CUIDADO COMO EVANGELIZACIÓN
El domingo 6 de abril, asistieron a la celebración del Jubileo de los Enfermos en la Basílica de San Pedro del Vaticano, donde se retrataron junto a la escultura de San Camilo, patrón de los enfermos y “gigante” de la caridad, tras pasar por la Puerta Santa.
Allí, junto a miles de feligreses, el Papa Francisco les sorprendió con su presencia e hizo un llamamiento para considerar la enfermedad como "una escuela en la que aprendamos cada día a amar y a dejarnos amar”.
Como testigo de este momento, Bermejo comentó en una entrevista del programa Ecclesia en Trece TV, lo que han supuesto las palabras del Santo Padre para el “reconocimiento del cuidar como una forma de evangelizar”.
COMPROMISO CON EL CUIDADO HUMANIZADO
Peregrinación que finalizó al día siguiente en Buquianico visitando la casa en la que nació San Camilo, así como la Iglesia y el museo de la Orden en la pequeña localidad italiana.
Antes de regresar a Madrid, el grupo celebró una eucaristía donde los participantes pudieron pedir una indulgencia ante la Virgen de la Salud y la talla del busto de santo, a cuyo fin recibieron una cruz, de manos del provincial de España. Símbolo de larenovación de su compromiso con el cuidado humanizado “como una tierna madre cuida a su único hijo enfermo”, señaló Bermejo, bajo la premisa jubilar de este año: “la esperanza no defrauda”.