En estos días, en la Diócesis de Mérida-Badajoz se habla de humanización gracias al XIII ciclo del Aula Fe-Cultura. De eso saben mucho en el Centro Escucha San Camilo-Guadalupe, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en Badajoz.
Hemos entrevistado a Enrique Delgado y Luis Monrobel, miembros del equipo de coordinación del Centro Escucha San Camilo-Guadalupe, sobre cómo desarrollan su labor en este Centro.
¿Qué es el Centro de Escucha?
Enrique: Es un espacio que se abre a toda la gente que sienta la necesidad de ser escuchada porque esté pasando una problemática determinada y que se encuentra con otra persona, un voluntario, que le va a acoger, a atender y a escuchar, se va a abrir un espacio de confianza en el que la otra persona pueda contar y expresar lo que le está sucediendo.
En una sociedad individualista, como la nuestra, ¿existen muchas personas que necesitan ser escuchadas?
Luis: Sí, de hecho muchas veces constatamos que amigos, en una charla informal, empiezan a contarnos que están pasando por problemas o se ven desbordados por una situación. Pero también constatamos que existen muchas dificultades a que las personas acudan al Centro de una manera más sistemática y solicitar ayuda. Vivimos en una sociedad en la que es difícil reconocer que uno tiene una debilidad. Las personas aguantan mucho y nos encontramos con personas que han venido al centro cuando ya no podían más.
¿Cuáles son las problemáticas más frecuentes que encontráis en el Centro de Escucha?
E: El Centro de Escucha se inicia para atender la pérdida de un ser querido. Pero sí es verdad que, la problemática que más destaca es la de las relaciones familiares (padres, hijos, cónyuges…), aunque también tratamos a personas con crisis existenciales, de búsqueda de sentido o de soledad.
¿Cuánto tiempo está la gente que acude a este Centro?
L: Seguimos el esquema del Centro de Humanización: son unas 15-20 sesiones de 1 hora de duración, en la que la persona va hablando y en esa escucha se va liberando y va descubriendo alternativas y posibilidades a la situación que está viviendo.
Este Centro Escucha está formado por voluntarios, ¿necesitáis voluntarios?
E: Es importante y fundamental que exista una cantera de voluntarios. Es necesario formarse en el tema de la humanización, de la escucha, de la acogida al otro, de sabernos vulnerables y necesitados unos de otros.
Aunque ahora mismo en nuestro Centro existe un grupo numeroso de voluntarios, sí animaría a que todas las personas nos formemos y seamos sensibles a esta realidad, porque todos nos podemos encontrar con personas conocidas que te cuentan qué le está pasando y, ante esta situación, es un bien para la sociedad el tener herramientas y actitudes que pueda ayudar al otro a expresarse.
¿Creéis que a las personas les puede asustar dar el paso de acudir al Centro Escucha a solicitar ayuda?
E: Somos conscientes, pero tienen que saber que se van a encontrar con un espacio cálido, acogedor, en el que van a estar ausentes de todo tipo de juicios, la persona puede contar lo que le pasa con total confianza, sin sentirse juzgada. Animamos a todas aquellas personas que lo están pasando mal y necesitan ayuda y apoyo, que sepan que cuentan con nosotros, que les vamos a ayudar y lo hacemos con agrado, con gusto e ilusión.
L: Hay personas que no quieren contar sus problemas para no cargar más a sus seres queridos (por ejemplo, personas que acompañan a enfermos, a ancianos…). Muchas veces aguantamos porque parece que lo nuestro no es tan importante.
En el Centro de Escucha no hacemos terapia, allí hacemos una escucha, porque partimos de una idea: si la persona se siente acogida, escuchada, no juzgada, al desahogarse va a ser capaz de ver soluciones que antes no veía.
(Ana Belén Caballero – Iglesia en camino – Archidiócesis de Mérida-Badajoz)Fuente: Agencia SIC
Relaciones familiares, duelo y soledad, las realidades del Centro Escucha San Camilo-Guadalupe en Badajoz
martes, 21 de noviembre de 2017 23:00h
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Centro de Humanización de la Salud