Rosa Cecilia Flores García: "La humanización del CEHS llega hasta Honduras"

Vitalista, emprendedora, infatigable… así es Rosa Cecilia Flores García, trabajadora en la Escuela de Auxiliar de Enfermería en San Pedro Sulá, una ciudad industrial hondureña de cerca de700.000 habitantes. Apasionada de la revista Humanizar y de las publicaciones del Centro de Humanización de la Salud, colecciona la revista desde 1999, y aprovecha cada página como material en sus clases, talleres y grupos de trabajo, así como de especialísima decoración de las aulas de la Escuela CERARH-Norte.

MADRID.- Tras un período de tiempo en España, regresa a su país natal con las pilas cargadas y una maleta, la que vino llena de regalos, repleta de revistas y libros humanizadores. P.- Cecilia, cuéntanos a quién van dirigidas tus clasesR.- Los estudiantes de la Escuela CERARH –Norte cursan dos años de formación, uno teórico-práctico y el segundo práctico. Éste se desarrolla en áreas hospitalarias y en áreas comunitarias, es decir, trabajan para proyectos relacionados con el agua, la presencia de enfermedades infecto-contagiosas, como la prevención del dengue… P.- En estos años ¿qué te ha aportado la revista Humanizar?R.- Riqueza en valores para ambientar la Escuela de Enfermería. De hecho, compagino mis actividades al frente de la Escuela con otras de educación en valores en tiempo libre. Creo que es una forma de humanizar la salud atractiva e interesante para los alumnos.P.- ¿Cuáles son esos valores insignia?R.- El trabajo, la responsabilidad, la disponibilidad y la solidaridad. P.- ¿Y cómo los transmites a tus alumnos?R.- Cuando llegan nuestros estudiantes, la mayoría de provincias, necesitan estímulos para cultivarse en su período de adaptación. Por eso echamos mano de materiales visuales y creativos, como la sección “Cuídate cuidador” de Fidel Delgado. Además, ponemos en las paredes unos árboles de cartulina donde detallamos los valores que traen de sus casas, los que necesitan cultivar y los que les van a acompañar en su vida.P.- ¿Recuerdas otra pieza que te hayan atraído especialmente?R.- Sí, un reportaje sobre la “ternura que sana”, aunque de todos los contenidos se puede “aprovechar” en “capacitaciones”, lo que en España llamáis talleres prácticos, grupos de trabajo dinámicos donde se unen destrezas profesionales y personales.
 
P.- Además de la revista, también utilizas las publicaciones del CEHS …R.- Sí, el capítulo II del libro Qué es humanizar la salud, de José Carlos Bermejo, lo empleo en los grupos de trabajo con las enfermeras; Diez palabras clave ante el final de la vida, de Francisco Javier Elizarri, ha sido de gran utilidad para el Padre Fernando Ibáñez, dedicado a humanizar en hospitales y ha propagar la humanización con su “Café Teológico” el penúltimo martes de cada mes, en el Centro de Capacitación de San Pedro… Si todo el material empleado está al servicio de la humanización, algo les tiene que llegar a los receptores. Incluso utilizo el CD musical de Migueli como complemento sonoro. Ten en cuenta que la gente que llega a los talleres lo hace reacia, les suena a chino, pero al final de la jornada única salen entusiasmados.P.- Estás satisfecha del binomio Escuela e IglesiaR.- Sí, trabajamos con el proyecto “ASIS”, es decir Análisis Situacional de Salud, donde nos centramos en un área marginal de la orilla del río en la ciudad. Sondeamos a la población con encuestas casa por casa para que nos cuenten sus problemas y necesidades, y a partir de ahí empezamos a trabajar. P.- El entusiasmo a veces se gasta... ¿No te cansas nunca?R.- Me faltan tres años para jubilarme, pero siempre quedan cosas por hacer, soy inquieta. Por eso me empeño especialmente en que los jóvenes tengan la posibilidad de estudiar, de formarse y ser profesionales de la salud mañana. El problema es que tienen muy pocos recursos económicos, y ahora en San Pedro Sulá están reclutando una avalancha de trabajadores jóvenes para las “maquilas” (tiendas y naves industriales en polígonos) con un salario injusto. Esos jóvenes pierden la oportunidad para estudiar, porque necesitan el dinero para vivir. P.- ¿Cómo os habéis adaptado en la Escuela de Enfermería ante esta realidad?R.- Hemos incentivado una modalidad de formación a distancia, más económica, que se imparte los fines de semana. Yo la llamo “mi Eucaristía”, porque me ocupa los sábados y los domingos (se ríe), pero merece la pena para que se superen profesionalmente. Si no, no habrá personas que cuiden a otros el día de mañana. Yo pensaba al principio que de estos postulados no quedaría huella…pero la vocación es fuerte. Y sí permanece.