Terapia con perros en San Camilo: caricias que estimulan la memoria

De enero a diciembre se realizarán sesiones quincenales de una hora

 

Entramos en la sala de psicoterapia del Centro San Camilo y nos encontramos con una estampa muy distinta a la habitual, encima de la mesa hay dos perros y alrededor un grupo de personas mayores prestándoles toda su atención, junto a dos terapeutas. 

Se trata de un programa de terapia asistida con animales que acaba de comenzar en la residencia asistida, gracias a la subvención del 0'7% del IRPF de la Comunidad de Madrid a través de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales. Una actividad que durante todo este año acompañará a pacientes con deterioro cognitivo severo, durante una hora los miércoles en sesiones quincenales, “con el fin de estimular su atención, mantenerla y fomentar el aspecto relacional de forma lúdica” señala Pablo Posse, psicólogo y coordinador de actividades del Centro.

De ello se encarga la Fundación Perros Azules, con experiencia en desarrollar esta iniciativa en varios hospitales madrileños con niños y personas mayores, y  sus terapeutas: Sofía y Tamara, que saben conducir la sesión para que Azu y Tres no saquen las patas de la mesa y queden tranquilos ante sus nuevos amigos. 

“Es un proyecto novedoso en el Centro y desde la primera sesión ya estamos observando muy buenas reacciones. Por ejemplo, que Rosalía esté tranquila observando y acariciando al perro, y no quiera marcharse, es increíble”, afirma Posse. 

Pero no solo es ella, tras el primer encuentro Carmen y Josefa ya se animan a peinar a las mascotas, y hasta Claudia pregunta si puede darles un beso si no ladran. Mientras que Ginés y Jesús son más cautos y tardan en coger confianza, aunque finalmente les acarician con suavidad.

 

 

Las intervenciones con animales que mejoran el bienestar físico, emocional y social de las personas; especialmente en estos casos relajan la ansiedad, estimulan la memoria y mejoran la coordinación motora de los participantes.  

Terapias asistidas muy beneficiosas porque reducen el  estrés, previenen la depresión, fomentan la actividad física, favorecen la relación e incluso ofrecen consuelo. En definitiva mejoran la calidad de la vida de los usuarios desde una perspectiva holística.