Aula 5: Aristóteles. (s. IV a.C)

Aristóteles nació en el año 384 A.C. en Estagira. Al morir su padre, fue enviado a Atenas para ingresar en la Academia de Platón, donde permanecería unos veinte años: recibió una formación superior, se familiarizó con la filosofía platónica y terminó impartiendo él mismo clases de retórica como profesor.
En 347, al morir Platón, Aristóteles decidió abandonar Atenas y se estableció primero en Asos, luego en Mitilene. Acompañado por su familia y discípulos, aquellos años le sirvieron para confeccionar su propia filosofía y consagrarse a estudios de corte empírico. Asimismo, fue convocado también por el rey Filipo II de Macedonia, confiándole la educación de su hijo de trece años Alejandro, quien pasará a la historia como Alejandro Magno.
Sobre el 336/35 Aristóteles retornó a Atenas para fundar su propia escuela, el Liceo. Aquella institución de enseñanza, gratuita y pública, se contrapuso a la Academia platónica y a otros gimnasios atenienses: insistía menos en las matemáticas y el arte de la discusión y más en la instrucción formal y sistemática, incidiendo tanto en la ciencia empírica de la naturaleza como en la erudición jurídica.
Frases del aula
“Nosce te ipsum” (Conócete a ti mismo), aforismo griego que estaba escrito en el frontispicio del templo de Delfos, de Sócrates (s. V a.C.), maestro de Platón, lema fundamental para la inteligencia emocional que deseamos cultivar.
Sobre el cristal de la cámara de Gesell, la frase del evangelio de Juan: “¿Podrá un ciego ayudar a otro ciego, no caerán los dos en el mismo hoyo?” (Lc 6, 39). Que en latín suena: “Nunquid potest caecus caecum ducere? Nonne ambo in foveam cadunt?” La sentencia interpela a todo ser humano que quiera ayudar a otro y tiene ante sí el desafío de la madurez y del conocimiento de sí mismo como sanador herido.