Este taller está dirigido a personas que experimentan la soledad como algo doloroso en su vida, ya sea en contextos de envejecimiento, duelo, enfermedad, dependencia, separación afectiva o cambios vitales significativos. También es útil para cuidadores que se sienten aislados en su rol, o cualquier persona interesada en revisar su relación con la soledad y transformarla en una oportunidad de crecimiento personal.

1. Explorar los distintos rostros de la soledad (física, emocional, existencial) y tomar conciencia de su impacto en la salud y el bienestar.
2. Diferenciar la soledad elegida de la soledad sufrida, abriendo caminos hacia una vivencia más libre y reconciliada.
3. Ofrecer herramientas para afrontar la soledad de forma saludable, desde el cultivo del vínculo interior, el sentido de vida y la conexión con los demás.
4. Favorecer espacios de expresión emocional, donde los participantes puedan compartir su experiencia sin juicio, reconociéndose mutuamente.
5. Promover el autoconocimiento y el reencuentro con uno mismo, reconociendo los propios recursos personales y espirituales.
6. Fortalecer redes de apoyo y pertenencia, descubriendo nuevas formas de relación y acompañamiento mutuo.
7. Transformar la soledad en un lugar habitado, desde una mirada esperanzada, creativa y compasiva.