I CONGRESO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS DE LA SALUD:

"CAMINANDO JUNTOS"

Algeciras, 19 y 20 Septiembre 2024

VALORACIÓN DE LA TERNURA COMO COMPETENCIA BLANDA OPERATIVIZABLE PARA EL CUIDADO EN PROFESIONALES SOCIOSANITARIOS. APORTACION DE LAS HUMANIDADES A LA INVESTIGACIÓN EN SALUD.

COMUNICACIÓN- PÓSTER

Introducción

En la modernidad las ciencias de la salud se desvincularon progresivamente de las ciencias sociales o humanidades perdiendo la mirada holística de la persona y la enfermedad. Sin embargo, el siglo XX comenzó a recuperar la necesaria integración de ambas disciplinas científicas.

Algunos conceptos incuestionables desde el Humanismo como el amor, la verdad, la compasión o la ternura se tornan vagos, confusos o irrelevantes para una relación terapéutica de calidad desde las ciencias de la salud. Sin embargo, en los últimos años la distinción entre competencias duras (técnicas y curriculares) y blandas (relacionales y afectivas) han puesto de relieve la necesidad de profesionales competentes que también desarrollen con calidad habilidades humanizadoras, en la medida que éstas inciden en la mejora terapéutica de los pacientes de manera efectiva. Si bien, por otro lado, se las deslegitima como elementos poco científicos, aunque sean diferenciadores de calidad (Pérez Fuentes et al., 2019).

El antropólogo Montagu (1975) se extrañaba de que a pesar de que la ternura ha sido celebrada en la canción y en la novela, en el discurso teológico, filosófico y religioso, “los científicos modernos le hayan prestado tan poca atención” (p. 217). O Rof Carballo (1973), prestigioso médico y ensayista, cuando critica que los estudios científicos sobre el amor y la ternura “son olvidados por la Universidad, postergados por los investigadores, desatendidos por las grandes empresas protectoras de la ciencia” (p. 365).

Si bien, podemos hallar acuerdo en considerar la ternura como actitud relacional deseable, puede parecer poco riguroso hablar de ella como herramienta terapéutica y, sin embargo, hay múltiples evidencias científicas que nos dicen que buena parte de la sintomatología se alivia con gestos de ternura verdaderos: agitación, dolor, dificultades respiratorias, ansiedad… (Ruiz Aragoneses y Bermejo, 2023).

Así, tras un estudio exploratorio sobre el concepto de ternura, sus rasgos propios y su potencial terapéutico en cualquier relación de ayuda sanitaria, se planteó la necesidad de operativizar dichos rasgos de manera que tanto los profesionales como los pacientes puedan detectar y potenciar esta competencia.

Objetivos

Explorar el valor de la ternura como competencia blanda operativizable para un desempeño cualificado del cuidado en profesionales sociosanitarios.

Secundario: integrar interdisciplinarmente el estudio humanista y la investigación en Ciencias de la Salud.

Material y método

A partir de la literatura consultada y del desarrollo teórico propuesto por los autores, se elaboró un cuestionario ad hoc con preguntas cerradas y semiabiertas (Forms) para un grupo de profesionales relacionados con el cuidado y la salud asistentes a una formación específica sobre cuidados. La muestra estuvo conformada por 36 participantes, 32 mujeres y 4 varones; 31 participantes eran profesionales de la salud y 5, desempeñas tareas de cuidado desde otros roles.

Procedimiento

Se les pidió una definición de ternura, valorar la importancia de la ternura en distintos ámbitos (desempeño profesional sociosanitario, relaciones laborales, relaciones personales, autocuidado, dimensión espiritual) en una escala de 1 (ninguna) a 5 (esencial) y elegir en un listado los adjetivos que consideraban como definitorios de la ternura tanto en el ámbito personal como competencia profesional blanda. Finalmente, se les realizó algunas preguntas para conocer su opinión sobre la posibilidad de evaluar la ternura y definirla.

Resultados

Del análisis cualitativo de las definiciones de ternura, podemos agrupar las respuestas en 3 posibles categorías: “acción” (14 respuestas), “emoción/sentimiento” (8 respuestas) y “rasgo/capacidad” (14 respuestas). 

Dada la no normalidad de las puntuaciones (p < 0.05 en Shapiro Wilk) se proporciona la mediana y el rango intercuartílico (IQR) como medidas de tendencia central y dispersión. Todos los encuestados consideraron esencial la ternura en todos los ámbitos valorados excepto en el trato entre compañeros donde lo consideran de “mucha importancia” (Tabla 1).

Tabla 1. Valoración de la ternura en distintos ámbitos.

 

Desempeño

Compañeros

Relac. Personales

Autocuidado

Espiritualidad

Mediana

5,00

4,00

5,00

5,00

5,00

IQR

1

1

1

1

1

Mínimo

1

1

2

1

1

Máximo

5

5

5

5

5

Si dividimos la muestra entre profesionales y no profesionales de la salud, no se hayan diferencias estadísticamente significativas en la valoración (p > 0.05 en U de Mann-Whitney).

Al pedirles que seleccionaran las palabras que consideraban definitorias de la ternura, las más repetidas en el ámbito personal fueron “delicadeza”, “escucha”, “dulzura”, “cuidado”, “buen trato” y “amor”. Mientras que, como competencia en el ámbito de profesionales de la salud, las más repetidas fueron “escucha”, “buen trato”, “delicadeza”, “respeto”, “cuidado” y “atención”.  Si atendemos a las 10 palabras más frecuentes en cada ámbito, pero descartamos las que no son compartidas por los dos, podemos observar que surgen términos nuevos como “compasión”.

Tabla 2. Palabras definitorias de la ternura.

Palabra

Frecuencia Personal

Frecuencia Profesional

Frecuencia Total

Delicadeza

28

21

49

Escucha

23

24

47

Buen trato

16

23

39

Cuidado

18

18

36

Respeto

12

21

33

Compasión

14

11

25

Finalmente, se obtuvo que el 86.1% de los encuestados consideran que la ternura podría valorarse y medirse como competencia profesional a desarrollar y el 83.3% creen que sería útil contar con una escala que mida la ternura como capacidad con la que se desempeña el profesional y la que percibe el paciente por su parte. Además, el 77.8% cree que la ternura es un rasgo de personalidad y el 66.7% que la ternura puede incomodar a otros, ya sea compañeros o pacientes.

Conclusiones

La ternura, como se puede observar del análisis cualitativo, si bien pertenece al ámbito emocional, se asocia con una serie de comportamientos observables o con una capacidad que puede ser entrenada y que parece ser considerada como importante en distintas esferas por parte de los profesionales de la salud. En la medida en que la ternura está presente en la interacción, las personas se sienten respetadas, escuchadas, cuidadas y receptoras de buen trato. Por tanto, sería relevante la elaboración de un instrumento que nos permita evaluar la presencia de esta en el desempeño profesional con el fin de mejorar la calidad del trato al paciente. 

Referencias Bibliográficas

  • Bermejo, J.C. – Ruiz Aragoneses, R. Ternura y humanización. Un desafío para el cuidado. Sal Terrae: Madrid, 2024.
  • Bermejo Higuera, J. C. (2018). El arte del cuidado como elemento humanizador en la era de la tecnología. Documentación Social, (187), 49–70
  • Coulehan, JL (1995). Ternura y firmeza: emociones en la práctica médica. Literatura y Medicina 14 (2), 222-236. https://doi.org/10.1353/lm.1995.0027
  • Montagu, A. – Matson, F. La dirección del desarrollo humano.Tecnos: Madrid, 1975.
  • Pades, A. Soft skills en los profesionales de la salud. Revista ROL Enfermería, 2021, 44 (5): 386-388. https://medes.com/publication/162036
  • Rof Carballo, J. El hombre como encuentro.Alfaguara: Madrid, 1973.
  • Ruiz Aragoneses, R - Bermejo, J.C. (2023). Tenderness as a therapeutic tool. Nurse Care Open Acces J. 9(2):41?42.
  • Santibañez-H, G., & Bloch, S. (1986). A qualitative analysis of emotional effector patterns and their feedback. The Pavlovian Journal of Biological Science, 21, 108–116.
  • Urbina, M. (2019). Habilidades blandas en ciencias de la salud. Revista Hispanoamericana de Ciencias de la Salud, 5(4): 125–126.
  • Pérez Fuentes, M.C., Molero Jurado, M.M., Herrera Peco, I., Oropesa Ruiz, F. & Gázquez Linares, J.J. (2019). Propuesta de un Modelo de Humanización basado en las Competencias Personales: Modelo HUMAS. European Journal of Health Research, 5(1), 63-77.