Sala 4: Isabel

Prima de María, a cuyo cuidado acude en el embarazo. (Lc 1, 39-56), que da pie al hermoso texto del Magníficat: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador…”
En la sala 4, de grupos de mutua ayuda, llamada Isabel, la prima de María, encontramos la famosa frase de William Shakespeare, (s. XVI) que nos acompaña en varios sitios del Centro: “Dad palabras al dolor. El dolor que no habla, gime en el corazón hasta que lo rompe”, invitando a compartir el sufrimiento y el modo de elaborarlo, dándose así esperanza unos a otros.
En la misma sala 4, encima del cristal de la cámara de Gesell, dice: “El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha”, (con connotaciones de Pitágoras: “Escucha, serás sabio. El conocimiento de la sabiduría es el silencio”), poniendo así en valor la esencia de este servicio, fruto de la sabiduría relacional, que es la escucha.