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"El compromiso de visibilizar los abusos"

Desde “Ciudadano Kane” (1941) de Orson Welles sobre los abusos de poder a “El manantial de la doncella” (1960) de Ingmar Bergman sobre los abusos sexuales, el drama invisible de los abusos ha formado parte de los argumentos del cine. De forma más reciente el Oscar a la Mejor Película de “Spotlight” (2015) de Tom McCarthy, sobre la investigación de los abusos a menores que la archidiócesis de Boston intentó ocultar, o el Oscar a la Mejor Actriz de “Tres anuncios en las afueras” (2017), sobre una madre coraje que intenta desvelar los abusos a los que fue sometida su hija antes de ser asesinada, han visibilizado de forma notable la realidad de las víctimas.

La exploración cinematográfica ha puesto el foco en las variadas dimensiones de esta lacra social, tan enraizada en la naturaleza humana. Las víctimas fueros las protagonistas en una película llena de vertientes como es “Gracias a Dios” (2018) de François Ozon, según mi opinión la mejor película sobre la pederastia en la Iglesia. Basada en el caso real de un sacerdote de la Diócesis de Lyon, acusado de abusar sexualmente de decenas de niños y de las acusaciones a su arzobispo de encubrimiento.  Se centra en el testimonio y la lucha de estas víctimas con vivencias muy distintas, un católico que se ve defraudado, un ateo con ganas de ajustar cuentas, un cirujano que ha hecho un camino de superación y una víctima que nunca pudo afrontar el trauma infringido. El director ha sido acusado de falta de implicación, pero pone delante la realidad desnuda de las vivencias y muestra objetivamente los hechos con lo que ha logrado ganar en veracidad mostrando al espectador el duro camino de silencio, destrozo interior creciente y, en este caso, las dinámicas de encubrimiento.

Nos hemos referido ya a “Las inocentes” (2016) el drama basado en hecho reales filmado por la cineasta francesa Anne Fontaine. Al final de la II Guerra Mundial, un convento en Polonia es asaltado por las tropas rusas y muchas de las religiosas son violadas, quedando algunas embarazadas. La presencia de una doctora y su amistad con una de las religiosas se convierte en un camino de liberación. Centrada en una mirada feminista sobre la sororidad en la lucha contra el trauma, nos muestra el lugar de una nueva resistencia de las mujeres.

En esta dirección invitamos a ver la reciente “Ellas hablan” (2023) de Sarah Polley según la novela de Miriam Toews donde las mujeres de una comunidad menonita afrontan por primera vez en un diálogo sincero el hecho de haber sido violadas, ya desde niñas, de manera masiva y continuada por hombres de su comunidad. El debate se despliega en tres posturas: perdonar y seguir sin denunciar, quedarse y luchar contra los violadores, marcharse para reconstruir su vida fuera de una comunidad cómplice. A pesar del tono teatral esta obra permite también contrastar este dolor en contraste con su fe religiosa. ¿Qué queda después del naufragio?

La interesante “Sound of Freedom” (2023) de Alejandro Monteverde presenta el drama oculto del abuso ligado a la trata de personas y en este caso sobre el tráfico de menores. Se puede reconocer la red de complicidades tras los mafiosos siguiendo los pasos de Tim Ballard, el ex agente especial del Departamento de Seguridad Nacional que se dedica realmente a luchar contra el tráfico sexual de niños y que pasa a la pantalla interpretado por Jim Caviezel , 19 años después de su papel en principal de “La Pasión de Cristo”. Todo un toque de alarma que no se olvida.

En las zonas grises de esta cuestión tenemos un importante grupo de películas. En torno al consentimiento contamos con el logrado film francés “El acusado” (2021). Dirigida por Yvan Attal, presenta la historia de una violación entre dos casi hermanastros. Una indagación entre el dolor de la víctima y la responsabilidad del victimario. Drama judicial que explora los matices legales y morales en las relaciones entre los seres humanos con el fondo de los abusos de poder y las resonancias mediáticas. El danés Thomas Vinterberg trata también el tema de los abusos en una película reconocida por la crítica como film de referencia. Se trata de “La caza” (2012) donde un profesor es acusado de exhibicionismo por una niña y se ve envuelto en el mecanismo del chivo expiatorio. La difícil exploración de la verdad en medio de la presión social.