Calidad Humanizadora
Enero-Febrero 2012

¿Existe aún el patriarcado?
Con un grupo de amigas, en el grupo de Mujeres y Teología al que pertenezco, debatimos sobre este término. ¿Está obsoleto?, ¿hemos conseguido la igualdad?, ¿quedan vestigios de lo que fue en otro tiempo? Llegamos a la conclusión de que aún existe dominación de los varones en diversos aspectos de la vida pública y privada, aunque el argumento del patriarcado no es el único para seguir proclamando la necesidad del feminismo.
Sí, realmente el feminismo es una forma de reivindicación, una revolución que nos invitó a desvelar los términos reales en que está escrito el mundo, sus leyes, sus formas de organización. Fue necesario, lo es, para despertar las conciencias dormidas, para conseguir el voto, para gritar ante la situación de injusticia. Pero, desde nuestra opinión, no necesitamos establecer una lucha de poder, una lucha contra nadie. No se trata de vencer ni de ganar, ni de reestablecer un orden en el que lo femenino se oponga y resplandezca sobre lo masculino.
Definición de “patriarcado”
El diccionario de la Real Academia Española define patriarcado como una organización primitiva en que la autoridad es ejercida por el varón, jefe de cada familia. No se recoge la definición generada por la teoría feminista que tiene que ver con la hegemonía masculina en las sociedades antiguas y modernas.
Patriarcado, por tanto, hace referencia a una situación de dominación. Algunas feministas consideran patriarcado y sistema género-sexo como sinónimos, ya que sostienen que un sistema igualitario no produciría la marca de género.
Y es que, como otras veces hemos defendido en esta tribuna, el rol que desempeñan las mujeres ha puesto marca en nuestra identidad. Una marca histórica. Esto es a lo que yo denomino “cuestión de género”. Esta es, entonces, la base de la reivindicación feminista: contribuir a la igualdad de oportunidades, lograr que varón y mujer mantengan sus diferencias, pero sean iguales ante la ley, gocen del mismo trato y consideración sociales, puedan desempeñar los mismos roles, sin que la mujer tenga que virilizarse ni el varón feminizarse para ello.
¿Es el matriarcado una alternativa?
Una vez me preguntaron en la radio si existían sociedades realmente matriarcales, y si eran mejores que los patriarcados. La verdad es que di una respuesta ambigua, y tuve que investigar un poco para encontrar que, actualmente, hay una sociedad matriarcal en el lago Lugu de China, y sinceramente no se si es mejor, sólo se que ha despertado el interés del turismo y de los reportajes en los medios de comunicación.
Particularmente pienso que cualquier sistema de dominación es negativo, también el matriarcado. Es posible que aquellos sistemas que se consideran matriarcados ni siquiera sean reales. Por que en el fondo, como dice Celia Amorós, el patriarcado es un conjunto metaestable de pactos. Esto significa que la dominación va adaptándose a las diferentes formas en diferentes momentos históricos. Las investigaciones demuestran que todas las sociedades organizadas hasta nuestros días, han mantenido un sistema patriarcal.
La dominación que subyace hoy
Echando un vistazo a lo que aparece en los medios de comunicación nos damos cuenta de que los varones siguen siendo los que marcan la historia, a pesar de que muchos puedan contestarme que una mujer alemana está en estos momentos al frente del rumbo europeo. Es una excepción, rodeada por cierto de varones en los asesoramientos financieros y con modos repletos de rigidez, dominación, y autoritarismo capitalista.
Mis compañeros actuales del hospital donde trabajo se quedan un tanto perplejos ante mi defensa del feminismo, sobre todo cuando no me río de las gracias en las que aparece la mujer-sexual-sanitaria, mujer-objeto también, por muy capacitada intelectualmente que esté.
Mi argumento, para hacer patente que aún existe dominación, no sólo es este, sino que miremos el mundo. ¿No veis que ya no podemos quedar impasibles ante las vejaciones que sufren las mujeres en África, en Asia, en el mundo árabe, o en la puerta de al lado si la mujer es pobre o sufre malos tratos?
Existe dominación, también implícita. Cuando las mujeres complacen sin reciprocidad, cuando donan su energía sin medida a la pareja-varón reportándoles la confianza que necesitan para presentarse al mundo sin que este fenómeno sea bidireccional, entonces estamos hablando de patriarcado invisible.
Cuando los varones utilizan el “no me apoyas” y el “no me comprendes”, en los casos en que las mujeres discuten una forma de hacer, (esto es un chantaje), o en general cuando nos metemos de lleno en las trampas de las relaciones afectuosas, entonces aparece la “marca” que históricamente se nos ha impregnado. Podemos hablar de patriarcado sutil.
Una cuestión política
A mis amigas les digo muchas veces: “Tantos años de lucha feminista para que ahora nuestras hijas se pasen 3 horas cambiándose de vestido delante del espejo arreglándose para salir”. Confiando en este misterio de la vida, trato de poner esperanza donde no encuentro argumentos para pensar en que mañana será mejor. De momento, la época actual impresiona de paso atrás.
A estas alturas de la reflexión ya sabemos que el patriarcado es una cuestión política, es decir, una estrategia explícita o implícita que trata de mantener el orden social, y como con cualquier otra cuestión política, nuestra tarea es desvelar, es decir, hacer ver que aún existe, tomar conciencia, proponiendo alternativas hasta conseguir un cambio, también en nosotras mismas.
Miremos entonces perspicazmente, denunciemos con sabiduría, propongamos con nuestras vidas y espacios de reflexión un mundo sin dominaciones.