Calidad Humanizadora
Enero-Febrero 2012

“Las instituciones deberían invertir más y reconocer la necesidad de crear centros específicos para duelos de riesgo y complicados”

-¿Por qué es tan importante la especialización en duelo?
La mayoría de los distintos modelos de atención psicológica buscan promover cambios en las conductas o pensamientos de sus pacientes y utilizan técnicas y estrategias para resolver sus problemas. Pero el duelo no es un problema a resolver sino una experiencia que debe vivirse. El profesional que les atiende debe estar formado específicamente para acompañarles en este camino.
Las personas y familias que acuden a buscar ayuda en centros de duelo tras la muerte de un ser querido lo hacen desde una vivencia de vulnerabilidad: buscan poder aliviar su dolor, sea en forma de angustia, desesperanza, depresión, y encontrar respuestas a sus preguntas sobre el sentido de su añoranza, culpa o enfado. Pero estos síntomas pueden ser necesarios para la elaboración del duelo, y el profesional debe estar adecuadamente entrenado en saber facilitar estas emociones naturales. Hay hoy en día muy mala praxis en duelo debido a que muchos profesionales actúan desde la “buena intención” sin tener formación específica, e intervienen desde constructos personales si ninguna validación científica. Aconsejar, sobre-medicar, minimizar, poner prisa al proceso, serian ejemplos frecuentes de errores en la atención al duelo.
-¿Cuáles son las claves fundamentales de su modelo de intervención en duelo?
El modelo de Tareas de Duelo que he publicado recientemente y que enseño desde nuestra escuela en Barcelona (www.ipir-duelo.com), propone que las personas en duelo experimentan cuatro tipos de tareas en su vivencia: Las de trauma, referidas a cómo recibieron la noticia, el tiempo y espacio alrededor de las circunstancias de la muerte y la percepción real o imaginaria de sufrimiento asociada a la muerte; Las tareas de evitación-negación, referidas a todo aquello que la persona hace dice, piensa o siente para manejar el exceso de dolor o sufrimiento; Las relacionales, que comprenden la elaboración de todos los aspectos que quedaron pendientes y que deben atenderse para completar la relación: expresar la gratitud el perdón, o los afectos por lo vivido y lo que ya no se vivirá entre otros; finalmente, en las tareas de crecimiento y transformación incluimos la atribución de significados a la vivencia de muerte y la consecuente re-restructuración de la propia identidad, sentido del mundo y de las relaciones que la persona ha experimentado a través de su duelo.
-¿Cómo ve la situación del acompañamiento en duelo en España?
Creo que se han dado muchos pasos en estos últimos años pero aún queda mucho por hacer. La demanda sigue creciendo y la oferta de centros de duelo es muy desigual y realizada desde modelos muy distintos. Hay que realizar un esfuerzo entre todas las personas que nos dedicamos profesionalmente a esta labor, desde voluntarios, acompañantes, etc hasta profesionales de otros campos (psicología, trabajo social, enfermería, medicina, trabajo pastoral, etc) para aunar criterios y establecer estándares éticos para nuestros servicios y nuestra práctica.
A nivel más institucional haría falta mucha más inversión de la que se hace en el tema y un reconocimiento de la necesidad de crear centros específicos para duelos de riesgo y complicados. El coste del duelo, sea económico y de gasto en consumo de recursos sanitarios es muy alto, por no decir el social, y hoy sabemos que la inversión en crear centros de duelo saldría muy rentable a la administración.
-¿Hacemos buena intervención del duelo desde los recursos sanitarios?, ¿y desde la sociedad?
Las unidades de duelo hacemos también una intervención preventiva social con nuestras publicaciones, conferencias, o actividades destinadas a la población general. Promover un duelo saludable en la comunidad es también hacer prevención. Debemos seguir trabajando desde las escuelas, centros de personas mayores, hospitales y unidades de paliativos. Aunque hay excepciones muy loables, en general el tema del duelo sigue siendo poco y mal tratado en estos ámbitos. Aun oímos de escuelas que cierran los días después del fallecimiento de un alumno, o residencias de personas mayores donde no se trabaja la muerte de un usuario. En ámbitos sanitarios es significativo el trabajo realizado por el personal de las unidades de paliativos, en otros ámbitos como medicina interna, intensivos o traumatología no se dispone de recursos de atención.
-¿Qué opinión le merece el trabajo del centro de escucha San Camilo y nuestras publicaciones?
El centro de escucha San Camilo hace una labor importantísima en este campo desde hace muchos años ¡Ojala pudiéramos contar con iniciativas así en otras comunidades de España! El buen hacer desde la gratuidad que podéis ofrecer a los usuarios y la competencia de vuestros profesionales formados y entrenados específicamente os hace un centro único en el país. Espero que vuestro modelo pueda seguir creciendo y expandiéndose. Me siento muy afortunada de haber podido compartir con vosotros este pequeño tiempo en las pasadas Jornadas sobre duelo y la energía y entrega que ahí se respiraba. Un abrazo para todos.