Revista Humanizar

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Con Jon Sobrino en El Salvador

He querido pedir a Jon un rato de su tiempo, con ocasión de mi estancia en San Salvador. Y hemos estado conversando en su humilde despacho de la UCA, en la que lleva 45 años Sí, he encontrado un teólogo que ya no es un muchacho, pero que, tan lúcido como siempre, sigue lanzando retos a los cristianos para poner a Jesús en el centro de la atención. Yo quería preguntarle cómo veía él esto que a nosotros nos ocupa cotidianamente: la humanización. Y ha sido un gusto escuchar a un teólogo español entregado a los pobres desde una perspectiva bien encarnada.

Por José Carlos Bermejo, Director del Centro de Humanización de la Salud

 

Entre nuestras primeras cosas compartidas, Jon me cuenta:

 

Mira, yo me topé con el cristianismo el 12 de marzo de 1977. Ese día asesinaron a Rutilio Grande. Y yo me topé con el cadáver de un niño que iba con él. A las pocas horas llegó Monseñor Romero y eso fue una explosión de realidad, no de doctrina, sino de realidad. En Aguilares (donde mataron a Rutilio) en mayo entró el ejército y se calcula que fueron entre cien y doscientos campesinos asesinados. Además los soldados fueron tan “mal educados” que profanaron el Santísimo Sacramento. Cuando se enteró el Nuncio de eso, se sintió en la obligación de entrar en Aguilares. Antes, cuando estaban matando a campesinos no, pero cuando habían profanado las sagradas formas, entonces sí. Pero no le dejaron entrar, eso fue importante: que a él, representante del Papa no le dejaran entrar aunque fuera el representante del Papa que representaba a Cristo. Total que el 18 de junio los soldados salieron de Aguilares y el 19, Monseñor Romero que estaba aquí dijo: yo voy a ir a Aguilares para “reparar” y para “consolar”. Monseñor Romero fue a presidir una Eucaristía y luego una Procesión. Y dijo así con estas palabras: “a mí me toca ir recogiendo atropellos y cadáveres”. A mí, como profesor, me impactó la frase: “Ustedes son el Divino traspasado. Ustedes son el pueblo que como Cristo ha sido crucificado”. Y eso siguió adelante, más bombas, más sacerdotes muertos, etc.

 

- Hay mucha violencia irracional, Jon, ¿verdad?

Sí, yo había estudiado mucho pero hasta ese momento no me había encontrado con la sangre de la gente. Las palabras de Aristóteles tenían utilidad y los escritos de los obispos también, pero encontrarse con estos muertos inocentes causados por una violencia irracional, homicida… me cambió.

 

- Esto me da pie a preguntarte qué entiendes tú por humanización…

Yo he usado bastante el término humanización y deshumanización para ponerlos como ejemplo de lo que es el Reino de Dios y el Antireino. ¿Qué es la humanización? Yo creo que la humanización es la utopía o la meta que Dios desea que alcancemos para que convivamos los seres humanos como hermanos. Yo creo que la humanización tiene dos niveles: uno en el que los seres humanos somos nosotros y yo, o nosotros con otros. Entonces el nosotros y yo pasa por el problema de humanizar o deshumanizar. Vamos a poner ejemplos sencillos: si uno dedica la mayor parte de su tiempo a ver el fútbol, para mí ahí hay un proceso de deshumanización. Humanizar es hacerse uno con los otros, y humanizarse es ponerse también ante Dios; y deshumanizarse es preocuparse por cosas que no llevan a la vida, quizás a que yo sea más pero no con otros. En la lógica de Jesús, como nosotros no somos únicamente nosotros, sino que hay otros, la humanización y la deshumanización aparece en la relación nuestra con los otros.

 

- ¿Cuál es para ti la mayor causa de deshumanización?

Bueno, hay infinitas causas. Yo veo que el mayor problema de este mundo son sus mayorías pobres. Se puede dar de comer a todo el mundo y no se da, y los niños mueren de hambre, y por lo tanto mueren asesinados. En ese “otros” es cuando en su vida se ven seriamente amenazados o truncados. Es la negación de la vida y de la dignidad. En los países pobres la mujer es encadenada más fácilmente a la voluntad del varón. Se deshumaniza a las mujeres, las puede violar sin más. También hay una deshumanización que proviene de la lucha violenta. El que tiene un arma en la mano tiene un problema serio.

 

- ¿Cuáles son las razones de la deshumanización en el ámbito de la salud?

Aquí en los hospitales lo que más se oye son dos cosas: “no hay”, porque escasean las vendas, etc…; y lo segundo: “enseguida vuelvo”; o sea que el doctor o la enfermera no están disponibles. Esto deshumaniza. Y está también el problema del duelo. Durante la guerra, el problema del duelo era no encontrar en cadáver en la sierra. Era lo corriente: la mayoría de las veces existían los cementerios clandestinos en donde los buscaban y allí los encontraban o no los encontraban… Y si aparecían con la cabeza cortada pues no te digo. El duelo en este tipo de muertes supone un problema nada fácil de acompañar. Monseñor Romero dijo en el año 1979: “esto es el imperio del Infierno.

 

- Quieres decir que aquí es más grave… ¿Cuál podría ser el papel de la Iglesia?

Aquí estamos en “lo real de lo real”. En Europa ustedes viven en una excepción, ustedes son una anécdota del planeta. En cuanto a la Iglesia, yo he visto, he tocado, he olido y me ha encantado lo que llamamos Iglesia: un grupo de cristianos de la Iglesia católica. Se da cuando está en lo real y estando en lo real ha dado ánimos a la gente. Eso es humanizar “vivir con ánimo”. Lo bueno o malo se ve cuando encontramos que la Iglesia ha actuado en cercanía total con la realidad.

 

- ¿Qué le parece un centro de Humanización regido por una institución religiosa, como los camilos, centrada en la salud?

Me parece magnífico, francamente magnífico y además cada vez lo aprecio más por mi situación personal. Tal como lo enfocáis vosotros: la salud, dar vida, vivir dignamente, terminar la vida con dignidad, eso ya no es una obra de misericordia, sino que es un modo de hacer presente el Reino de Dios. ¡Háganlo bien, porque buena falta hace!

 

- Jon ¿qué le pasó a la Teología de la Liberación?

Para mí eso es la manera de poner nombre a un movimiento importante, conflictivo. Primero con los poderes de este mundo (al Vaticano no le gustó nada). Pero antes que al Vaticano, a los poderes civiles. Yo lo he considerado como un movimiento de pensamiento, de teología y de vida. De praxis o como se quiera llamar. Ahora ¿cómo anda? ¡Tiene tan poco apoyo! Y han proliferado tanto otros movimientos que algunos son en contra, que no les interesan nada esta Teología… Infinidad de ellos no es que vayan directamente en contra, sino que van por otra línea y para mí es que Jesús de Nazaret desaparece. El Santísimo Sacramento, importantísimo. El Sagrado Corazón, sí. La Virgen de Fátima también. Cualquier cosa menos Jesús de Nazaret. Y ¿qué le pasa a la Teología de la Liberación? Pues que no es muy esplendorosa ahora. Ahí está Pedro Casaldáliga, que es un símbolo impresionante y pasa que junto a ese movimiento que captaron muy bien las potencias de este mundo y vieron en ella un verdadero peligro para sus intereses.

 

-Muchas gracias Jon. Alguna frase final…

Cuando me di cuenta de la pobreza fue cuando la olí. Uno puede ver fotos de muchas situaciones de pobreza, pero cuando te ves en una situación de la que quieres salir corriendo, dices: con algo me he topado. No tengo más que decir….

-Muchas gracias Jon, y ¡mucha salud!