Revista Humanizar

Creer es saludable

Número 123, Julio-Agosto 2012

El turismo más humanizador

Vacaciones y solidaridad son dos conceptos que llevan ya algún tiempo formando una buena combinación. A través de agencias especializadas o de ONG de desarrollo, la inquietud de conocer el mundo de otra manera, fuera de resorts o viajes organizados, es mucho más accesible. Es lo que se ha dado en llamar “turismo solidario” o “turismo de pobreza”, una práctica que en ocasiones es criticada, pero que posibilita un acercamiento a las realidades y a las personas de los países empobrecidos del Sur de manera directa. Una experiencia con gran potencial transformador, no solo para los lugares visitados sino, sobre todo, en nuestra sociedad y en nuestro interior.

Por Cristina Ruiz Fernández

“He recibido mucho más de lo que he dado”, es una frase que se repite una y otra vez en las valoraciones de las personas que participan en campos de trabajo o en viajes solidarios. El día a día en las sociedades acomodadas, con sus sistemas de valores, es radicalmente distinto a lo que se vive en los suburbios de Calcuta o en los barrios periféricos de Lima. Aunque lo hayamos visto cientos de veces en películas y documentales, aunque hayamos leído o incluso estudiado sobre esas situaciones de pobreza. Los esquemas cambian cuando se pisa el terreno y cuando esa pobreza tiene los nombres y apellidos de las personas que nos han acogido y acompañado en nuestro viaje.

 

“Vivir una experiencia de Campo de Trabajo cambió mi vida de cierta forma y me enseño y enriqueció muchísimo a todos los niveles”, nos explica Beatriz de la Banda, voluntaria de la ONG Solidaridad, Educación, Desarrollo (SED). “Cuando regresas después de haber pasado un tiempo con personas con problemas y necesidades que no son comparables con las tuyas, personas a las que, pese a su situación nunca les falta una sonrisa, aprendes a relativizar muchas cosas y a mirar y a ver con otros ojos”. La experiencia es transformadora, sin duda, “ha cambiado, mi nivel de compromiso también y mi horizonte está ahora un poco más lejos”, afirma Beatriz.

 

En este mismo sentido, Tamara Cabezas, coordinadora de campos de trabajo de SED Compostela apunta, “estas experiencias sirven para cambiar algo, pero esto no quiere decir que sea un cambio en el sentido de desarrollo, ni que sea un cambio positivo o negativo: todas las actuaciones que llevamos a cabo sirven para cambiar algo, porque van dejando huella”. Pero, sobre todo, “estas experiencias tienen sentido para cambiar nuestra sociedad y a nosotros mismos, modificando nuestros hábitos, nuestra forma de vivir, apreciando más los pequeños detalles y ciertos valores, que parece que, en la actualidad se han perdido”, recalca la responsable de la organización.

 

Turistas con conciencia

Las alternativas para realizar ese acercamiento al Sur, hoy por hoy, ya son muy numerosas. Tanto integrándose para hacer labores de voluntariado durante un tiempo en los proyectos de alguna ONG o en las misiones de congregaciones religiosas, como a través de agencias de viajes y entidades especializadas en este tipo de experiencias, que ofrecen la posibilidad de hacer voluntariado o de realizar estancias turísticas.

 

Sin embargo, cuando se emprende este viaje, hay que hacerlo con formación, información y conciencia. La organización británica Tourism Concern (Turismo consciente), da en su guía para el viajero ético algunas ideas sobre las condiciones que hay que tener en cuenta para viajar a los países empobrecidos sin pisotear la dignidad de sus habitantes (<link http: www.tourismconcern.org.uk>www.tourismconcern.org.uk).

 

Según dicha organización es importante que el proyecto de voluntariado o de turismo solidario “se desarrolle con la implicación y el consentimiento de las comunidades locales y que deje una parte de los beneficios en ellas de manera justa”. Además, la organización que gestione el viaje debe trabajar “en compromiso con las comunidades, más que con individuos”, así como respetar la cultura tradicional y las estructuras sociales del lugar de destino.

 

La formación previa y la realización de los viajes en grupos pequeños son otras de las recomendaciones que ofrece Tourism Concern. En esta misma línea escribía recientemente el activista Gonzalo Fanjul en su blog 3500 millones (http://blogs.elpais.com/3500-millones), que es necesario “evitar los ‘viajes de culpabilidad’, en los que los turistas son sometidos a un aldabonazo emocional sin conocer todo lo que las comunidades están haciendo para escapar de la pobreza”.

 

Las ganas de aprender, la apertura a las nuevas experiencias y realidades, así como una actitud de humildad ante las personas que reciben al que llega de fuera, son algunas de las claves que permiten que se opere el cambio… sobre todo en nuestro interior.

 

Algunas direcciones de interés:

<link http: www.setem.org external-link-new-window>www.setem.org

<link http: www.sed-ongd.org external-link-new-window>www.sed-ongd.org

<link http: www.entreculturas.org voluntariado>www.entreculturas.org/voluntariado

<link http: www.sodepaz.org>www.sodepaz.org

<link http: www.canalsolidario.org>www.canalsolidario.org

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