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Universalizamos el poder de las emociones positivas

Humanizar la estancia en el hospital desde el juego, la imaginación y la sonrisa. Con este objetivo trabaja, nariz roja en ristre, PayasoSalud. Luis Pradillos García, su fundador y director, nos da las claves de esta cuidada actividad dirigida no solo a pacientes, sino a familiares y sanitarios.

Por Diana Sánchez

¿Por qué nació PayasoSalud? 
Todo empezó tras un largo período de enfermedad de mi padre, largas esperas en pasillos y de muchas horas sin dormir. Tras el duro desenlace del fallecimiento, me di cuenta que esa realidad podría vivirse de otra manera, y tenía que encontrar la fórmula. Estuve durante más de seis años desarrollando un voluntariado en una entidad que llevaba animación a las habitaciones de los niños en los hospitales.


Después de esta experiencia personal, del voluntariado en el hospital, y de mis estudios de clown, la decisión de fundar PayasoSalud se convirtió en una necesidad, con la intención de profesionalizar la labor del payaso de hospital, y con el objetivo de humanizar la estancia en el hospital desde el juego, la imaginación y la sonrisa.


¿Para qué sirve?
PayasoSalud tiene como Misión contribuir a la mejora de la salud de personas enfermas en centros sanitarios o asistenciales, a través de técnicas profesionales del clown, la risa y el humor. En colaboración directa con el personal sanitario, ayuda en el proceso de recuperación del paciente, desdramatizando y humanizando el proceso terapéutico, impulsando también a los familiares y personal sanitario a canalizar emociones y liberar tensiones.


¿Cómo lo hacéis?
A través una metodología propia que consiste en varias fases: un calentamiento cuando llegamos al hospital, después una reunión con el equipo sanitario, donde nos proporcionan la información necesaria para el desarrollo de nuestra labor, y nosotros establecemos los objetivos terapéuticos para cada paciente. Comenzamos las visitas siempre por parejas, y una vez, hemos visitado a todos los pacientes, realizamos una reunión de evaluación de los datos obtenidos.
Por último, cada payaso realiza un informe de post-intervención donde analiza los detalles técnicos y psicológicos de la intervención.

¿Qué valores lleva PayasoSalud en sus manos?

Podemos destacar la Humanidad, es el principio máximo que antepone la dignidad, por encima de cualquier otro criterio. La Profesionalidad, es de vital importancia asegurar la excelencia y la mejora constante, poniendo los medios que aseguren la capacidad profesional. Y por último, la Eficacia y Eficiencia, ya que trabajamos en un proceso continuo de evaluación. Es muy importante saber que lo que estamos haciendo, es realmente lo que necesitan las personas a las que nos dirigimos, y que además, lo estamos haciendo bien.


Estos valores se complementan con un código deontológico que rige las intervenciones con el fin de asegurar la correcta ejecución, tanto desde el plano operativo, como ético y emocional.


¿Qué hay más allá de la risa?
Es nuestro vehículo conductor; y aunque es un aspecto muy importante de nuestro trabajo, no quisiera centrarme sólo en ella, ya que están sobradamente demostrados sus efectos positivos sobre la salud, tanto en el plano físico como en el emocional, en numerosos estudios a nivel internacional. 


Nuestra labor profesional va más allá de la risa: consiste en gestionar emociones, y transformarlas en emociones positivas (con efectos más duraderos). El objetivo primordial es llegar a tocar, con la punta de nuestra nariz roja, la emociones que se encuentran detrás de los ojitos cada persona, para conectar, compartirlas, y positivar hacia el amor y la alegría.


Desarrolláis programas con niños, adultos, ancianos… ¿Son un público exigente?
El payaso se asocia con “niños”, y en una planta de hospital de adultos, siempre alguien te dice “¿Os habéis perdido? ¡La planta de los niños está abajo!”
Hemos apostado por universalizar el poder de las emociones positivas y la risa, en el proceso de recuperación de cualquier persona, independientemente de su edad. Es un lenguaje universal, y siempre puede encontrar un nuevo camino de bienestar desde la emociones, la alegría y el amor.


Los pacientes no son los únicos beneficiarios de nuestra actividad, también va dirigida a los acompañantes, con una gran carga emocional, y los sanitarios, que sufren un desgaste por las características de sus funciones, en el cuidado de los pacientes.


¿Con qué apoyos contáis?
Tenemos un convenio de colaboración con la Consejería de Sanidad, que avala y reconoce nuestra labor, y ahora, recientemente, también nos lo han solicitado desde la Consejería de dependencia y del mayor.


Es un gran logro, pero vivimos una gran impotencia, ya que no recibimos ningún tipo de apoyo económico de las instituciones, ni las consejerías, ni los hospitales… Y es muy difícil sostener los proyectos sin los apoyos necesarios.
En Argentina se acaba de publicar una ley donde se obliga a los hospitales a tener un servicio de payasos de hospital. Pero en España, ahora muchos proyectos están en peligro de extinción, ya que aunque, en el plano técnico, esta demostrada la necesidad y su efectividad, incluso por los propios usuarios, pero por otro lado, peligran gravemente debido a una viabilidad económica por la falta de apoyos.


¿Es tan esencial esa nariz roja?
La nariz roja es una pequeña máscara que nos permite llegar al corazón de las personas para compartir un espacio privilegiado, distinto del que comparte con sus propios familiares, o con el personal sanitario, y desde el cual, los payasos pueden conectar con las emociones.


También utilizamos la música como lenguaje universal que conecta con las emociones, que nos permite conectar a la gente, entre ellas, aunque no se conozcan, y también, conectar a una persona con su propio recuerdo, y obtener una emoción positiva de bienestar, algo muy valioso en el ámbito de las personas mayores.


Háblanos de este equipo de “payasos terapéuticos”
Cualquiera no puede ser payaso de hospital, nosotros seleccionamos profesionales de las artes escénicas, que tienen formación y experiencia en clown, y adaptamos estas capacidades profesionales a la intervención terapéutica.


Llevan a cabo una prueba técnica, para demostrar estas habilidades, y después, una formación de seis meses, con una fase teórica y práctica, y tutorías en los hospitales.
Después, se llevan a cabo sesiones todos los meses de formación y entrenamiento con el equipo técnico (director artístico, una psicóloga, un sanitario y un musicoterapeuta), para mantener en forma a los clowns.


Tantas emociones…Tantas anécdotas…
Sí…Recuerdo de entre todas una: al llegar a planta de geriatría, la enfermera en nuestra reunión previa, me pide que dedique especial atención a un señor muy mayor, que ha dejado de hablar. Al preguntarle por los motivos la enfermera me explica que los desconoce.

Le pido que nos acompañen durante la intervención, y al entrar en la habitación,  y ver la nariz de los payasos se le ilumina la cara, solo tarda medio minuto, en empezar a hablar con el payaso…lo que tarda en conectar emocionalmente con él…”quería ir al cine a ver una película de vaqueros”…¡¡¡Objetivo conseguido!!! Mientras, las enfermeras, todas, corriendo por los pasillos, para ver como estaba hablando con el payaso. ¡Un momento mágico!


¿Cómo podemos disfrutar con vosotros?
Si alguien quiere colaborar con nuestra labor, existen muchas maneras de hacerlo, se puede hacer socio, voluntario profesional, proponer un evento solidario, hacer una boda solidaria, hacer una acción solidaria en su empresa, apadrinar un payaso…las fórmulas son inagotables, para ayudarnos a repartir #SonrisasQueCuran
Solo tiene que ponerse en contacto con nosotros a través de nuestra web www.payasosalud.org, o bien, mediante nuestro email, contacta@payasosalud.org