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“Mi experiencia, como hija de paciente, en la Unidad de Cuidados Paliativos San Camilo”

¿Cómo se vive y se siente en una UCP, una Unidad de Cuidados Paliativos? ¿Y si eres hija de un paciente? ¿Hay un antes y un después? María Luisa Baratas brinda a HUMANIZAR este hermoso testimonio…

Diana Sánchez, Redactora Jefe.

“Nosotros llegamos aquí, a San Camilo, el 11 de enero, con mi padre, Miguel, a quien diagnosticaron de cáncer de próstata con metástasis óseas en noviembre de 2016. Pero el diagnóstico se lo dieron demasiado tarde, y aunque le hemos ido ganando tiempo al cáncer todos estos meses, la enfermedad ha avanzado más rápido que nosotros. A finales de diciembre de 2017, el cáncer le mordió la médula y le dejó postrado en silla de ruedas.

Esta circunstancia, y que los oncólogos nos asegurasen que la medicina ya no podía hacer nada más por tratar su enfermedad, fueron las determinantes para enviarnos a una UCP. Todo este proceso ha sido muy duro para todos, pero estar en la UCP de San Camilo nos ha ayudado muchísimo a superarlo…

UCP… ¿Y eso, qué es?
Quien no sepa lo que son los cuidados paliativos, estos consisten en, simplemente, aliviar los síntomas de una enfermedad (el dolor principalmente). No se pretende curar, sólo hacer llevar los últimos días de la mejor manera posible. Pero cuando conoces San Camilo, esta definición se queda muy corta.

Ambiente y profesionales extraordinarios
Los cuidados paliativos que se prodigan en este Centro van mucho más allá que un simple alivio para el dolor u otros síntomas. Porque aquí no sólo se pretende aliviar al enfermo, sino también a los familiares, a nivel físico y psíquico. El ambiente es acogedor, se cuida hasta el más mínimo detalle para que tanto los residentes como sus familias puedan sentirse a gusto, casi como en la propia casa.

Todos los profesionales que componen el equipo de San Camilo son personas de una calidad humana extraordinaria. Cariñosos, atentos, poniendo tanto amor en su labor, que es imposible no sentirse arropado por ese cariño. Haciendo realidad el lema de San Camilo de “poner el corazón en las manos”.

Nunca es tarde para cumplir un sueño
Yo llevo escribiendo poemas desde mi juventud, aunque nunca las he publicado. Igual lo haré más adelante, ¡quién sabe!... Nunca es tarde para cumplir un sueño. Para escribir poesía me inspiran muchas cosas, sentimientos o eventos; en mi familia hemos tenido la costumbre de dedicarnos poemas unos a otros en los cumpleaños y otras fechas señaladas.

Creo que la palabra escrita es un buen vehículo para expresar sentimientos profundos o cualquier otra cosa. Y cuando los sentimientos te los inspira el amor a un padre en una enfermedad tan larga y penosa como es el cáncer, sólo la poesía es capaz de expresarlos.

Para HUMANIZAR he escogido un poema titulado: MANOS FUERTES. Pretende expresar lo que sentí al tomar entre mis manos las manos gastadas de mi padre, pero creo que también es bastante acorde con el lema de este Centro.

MANOS FUERTES

 
Tienes las manos frías,
pero me das tu calor
en cada suave apretón.
Manos nudosas y finas,
manos fuertes que acarician,
que transmiten tanto amor!
manos que aferran la vida
que parece que se escapa,
pero que se queda fija,
desde arriba,
mirándote.
Vida que te acompaña,
y que en tus manos descansa,
esperándote.
Manos llenas de regalos,
de todos los días vividos
y que besan en silencio
con cada dedo.

Tus manos hablan, y me cuentan
historias maravillosas.
Y yo solo quiero
seguir escuchándote.
Tomo entre mis manos las tuyas
y el tiempo se para,
y sólo hay cuatro manos
entrelazándose.
Y el silencio nos acompaña,
pero tus manos me cantan,
siempre sorprendiéndome.
Dame tu mano cansada,
que el resto de tu camino
quiero estar acompañándote.