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La reconciliación con la creación vista desde el cine

"La publicación de la encíclica del papa Francisco sobre la ecología supone colocar en el centro la prioridad la tierra herida como prolongación imprescindible de la preocupación por la humanidad, especialmente de las poblaciones más vulnerables y pobres.

Por Peio Sánchez

 

 

En medio de la polémica donde se cruzan los grandes intereses geoestratégicos y de las empresas energéticas, la palabra humanizadora del cuidado de la creación se convierte en buena noticia que tiene en el cine una importante huella.
 
Uno de los cantos más bellos de la alianza de la humanidad con la naturaleza es la película de Akira Kurosawa Dersu Uzala (1979). Arseniev es un investigador topográfico del ejército ruso que en 1902 durante una exploración por los bosques majestuosos de la taiga conoce a Derzu, un cazador nativo. Ambos vivirán la historia de una amistad que permitirá al capitán adentrarse en la profunda relación del ser humano con la naturaleza.

 

También la película La misión (1986) Roland Joffé sobre las reducciones jesuitas en Paraguay nos presenta la lucha de los indígenas por su tierra así como la relación con una cultura occidental que desde el Evangelio no destruye sino completa lo mejor de los seres humanos arraigados en la tierra. Aunque nuevamente será el poder militar con la pólvora el que venza los cantos y las lanzas de los pobladores de la tierra.


Ciertamente que ambas películas adolecen de algunas de las limitaciones del relato del buen salvaje pero, aún con ello, presentan la verdad de ser humano que en simbiosis armónica con el medio natural lo sufre y lo cuida en la misma medida. Una distancia corta que al disolverse rompe el equilibrio en favor de la explotación progresiva pero tenaz desde la ambición.


Interesante en esta línea de recuperación de la naturaleza la película Generación robada. Rabbit-proof fence (2002) de Phillip Noyce. Basada en una historia real, unas niñas aborígenes australianas, destinadas por una organización gubernamental a ser trabajadoras domésticas para los blancos, deciden lideradas Molly Craig volver a su tierra y a su forma de vida.
 
Cambiando de tercio debemos señalar algunas películas sobre las luchas contra la destrucción de la naturaleza y sus consecuencias sobre la vida de las personas y las poblaciones locales. Ya clásicas Un lugar llamado milagro (1988)  de Robert Redford, siempre preocupado por las cuestiones ambientales,  Un lugar en el mundo (1992) de Adolfo Aristaráin y La tierra prometida (2012) de Gus Van Sant sobre comunidades rurales en lucha con la invasión de grandes empresas especuladoras. Aquí tendríamos que incluir las películas de denuncia como Acción Civil (1998) de Steven Zaillian y Erin Brockovich (2000) de Steven Soderberg que denuncian las consecuencias de la contaminación en la naturaleza y en los más vulnerables.

 
El documental es y será el género de referencia en este sentido de la defensa del cuidado de la creación. Con la marca de los Oscar Una verdad incómoda (2006) de Davis Guggenheim marca un hito presentando la campaña del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore sobre el calentamiento global. Muy interesantes el documental austriaco Sobre el agua (2007) de Udo Maurer y también la británica La era de la estupidez (2009) de Franny Armstrong, una prospectiva apuntando al mundo en el año 2050. Imprescindible, La sal de la tierra (2014) de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado sobre la vida del fotógrafo social Sebastião Salgado y cómo su seguimiento del sufrimiento humano por todo el planeta le lleva al cuidado de la tierra.
 
Como conclusión dos pequeñas perlas de animación para los más pequeños Wall-E. Batallón de limpieza (2008) de Andrew Stanton y La princesa Mononoke (1997) Hayao Miyazaki sugerentes para la educación en el conservación ambiental