El Anuario del Colegio de Psicología publica una investigación del Centro

Revela que el crecimiento postraumático y resiliencia tras el abuso infantil es posible

 

El Anuario de Psicología Educativa Aplicada del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ha publicado el artículo “El Crecimiento Postraumático y la Resiliencia en las Víctimas de Abuso Sexual Infantil”. Un estudio del Centro de Humanización de la Salud San Camilo, realizado desde el Departamento de Investigación  por José Carlos Bermejo, Rosa Ruiz-Aragoneses y Enrique Pérez-Miguel

En él se parte del abuso sexual infantil (ASI) como un tipo de maltrato que genera un especial rechazo social pero del que apenas se pone de relieve la posibilidad de superación en la edad adulta. 

A partir de un cuestionario, este estudio descriptivo muestra cómo las víctimas de ASI se perciben como adultos en relación con su resiliencia y otras herramientas que les han facilitado tal experiencia. Los datos evidencian que es posible el crecimiento postraumático (CPT) tras haber sufrido abuso sexual en la infancia.

 

VISIBILIZAR PROCESOS DE RESILIENCIA

Entre los datos revelados llama la atención la temprana edad en las que comienzan los abusos (de media a los 7 años) y el alto porcentaje que no denunció (95%),  ya fuera por mantener el secreto o ser un tabú, tener miedo, conocer al agresor, vergüenza, culpa, desconocimiento o temor a no ser creído. 

Además, según el estudio, los abusos se cometieron en su gran mayoría en el ámbito intrafamiliar (72%), seguido de actividades de ocio (10%), entorno eclesial (6%) y ámbito educativo (1%). 
 

NECESIDAD DE EXPRESAR LO VIVIVO Y SER CREÍDAS

Los participantes muestran con claridad que todo trauma no responde sólo al hecho en sí que lo provocó, sino al modo en que se vivenció y la respuesta que cada persona ha podido dar para sobreponerse. Asimismo, señalan como medios sanadores que las víctimas puedan expresarlo y sentir que son creídas.

Entre las conclusiones, el análisis reclama a la sociedad la tarea de romper con el silenciamiento de las víctimas y el compromiso con la construcción de una cultura del cuidado que otorgue y acompañe preventivamente al menor.