Este fin de semana el suplemento dominical XL del diario ABC ha publicado un extenso reportaje sobre la situación de los cuidados paliativos en nuestro país titulado Cómo morir bien: hablamos con enfermos y especialistas sobre la última gran batalla de la sanidad.
Un texto de José Antonio González, con fotografías de Daniel Méndez, donde retratan cómo viven sus últimos días quienes acceden a los cuidados paliativos del Centro San Camilo, un servicio público concertado con el Servicio de Salud de la Comunidad de Madrid.
Testimonios de primera mano de pacientes y familiares, así como de los médicos y profesionales de les acompañan en esta etapa vital, en una radiografía llena de humanidad no exenta de crítica social que demanda unos cuidados dignos, justos y accesibles para todos que no dependan del código postal, ya que solo el 40% de los pacientes que los necesitan tienen acceso ellos, como demanda Elia Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos-SECPAL.
Así nos acercan las palabras de la habitación 103, donde Asunción Molinero no se anda con rodeos «Sé que me estoy muriendo. Lo noto» mientras Julio Sánchez, su marido, confiesa «Está superdolorida. Si no le doliera, me la llevaba. Pero aquí tocas un botón y se arregla todo».
Para Pedro Gª Cordonero la rutina en San Camilo es de espera y resignación: «Estoy aburrido… me gustaría andar como antes». Su hijo José Miguel García lo matiza recordando que, gracias a la unidad, su padre puede disfrutar —cuando puede— del jardín, la luz, las salas familiares, hasta celebrar el cumpleaños de su madre en un entorno que «parece una casa rural».
Por su parte, la doctora Magdalena Lasheras recuerda que «no se trata de alargar la vida ni de acortarla, sino de acompañar, aliviar el dolor, escuchar, respetar. La persona sigue existiendo hasta el final»
Por otra parte, el oncólogo Enric Benito ofrece varios consejos para morir y ayudar a morir bien que pasan por normalizar la muerte, vivir con sentido, abrirse a la verdad o aprender que lo esencial no está en lo que tenemos sino en quiénes somos.
En España se estima que unas 370.000 personas necesitan cuidados paliativos al año, solo unas 140.000 los reciben. Fuera de centros como San Camilo, muchas familias se encuentran desamparadas; para quienes acceden, estas unidades son la última gran batalla de la sanidad: no contra la enfermedad, sino contra el dolor, el abandono y la burocracia.
Un reportaje que revela que los cuidados paliativos no son sinónimo de rendición sino una última oportunidad para vivir con dignidad, sin dolor y acompañados. Que la medicina, al final, debe formar a profesionales cualificados para acompañar, dentro de un sistema sanitario que debe garantizar que ese derechoesté al alcance de todos.
