Esto también pasará… recuerdo que mi madre, mujer curtida desde pequeña por la guerra, la posguerra y otras tantas situaciones límites en su vida, cuando veía que alguno de sus hijos lo pasaba mal por alguna situación difícil, siempre nos decía esa frase; esto también pasará, bien lo sabía ella. Y reconozco que al principio, escucharle decir aquello, aunque fuera de su voz amorosa, no me valía para nada. Pero luego fui entendiéndola y descubrí que encerraba mucha más sabiduría de la que yo había tenido capacidad de comprender en un principio.
“Esto también pasará”, para empezar, encierra dentro de sí, la esperanza de tener la capacidad de afrontamiento, de poder con ello, de la manera que sea, mirándolo de frente o de reojo, pero afrontándolo. Y esa esperanza en poder salir adelante y comprobar más adelante, que esto también pasó, es la que desde el Centro de Escucha San Camilo nos gustaría cultivar y acompañar.
Al sufrimiento por la ausencia del ser querido ahora se suma en muchos casos la pérdida de la despedida, la ausencia del rito que lo honra y lo ennoblece, del abrazo y el beso que tanto sostiene cuando uno ya no tiene fuerza. La enfermedad a la que estamos sometidos, solo nos ha dejado la ausencia denuda y fría, la crudeza de tener que entender que nuestro ser querido, ya no está porque así me lo ha comunicado el médico. Y lo duro es que con esto también habrá que convivir, pero ¿cómo hacerlo? Tras muchos años acompañando duelos complicados, me permito varias reflexiones que quizás puedan ayudarte si te encuentras en tan duro momento.
Las personas que fallecen por este virus, lo hacen sedados, y suelen llevar así tiempo. Lo que significa que esa despedida era necesaria e importante para ti, no para tu ser querido, que ya no está en el mundo del consiente ni necesita de estas cosas. Por eso precisamente es saludable entender que el valor de la ausencia de esta despedida has de resignificarlo tú mismo, porque es para ti.
La despedida del ser querido en sus últimos momentos, qué duda cabe que ayuda y consuela en muchos casos, pero no olvidemos que despedirse es mucho más que un momento, que un acto final. La despedida es un proceso, una forma de vida, es haber estado en los momentos de necesidad, es todo el cariño compartido durante una vida, es cada expresión de afecto y de cuidado, eso es lo que al final queda en el corazón. Por eso, es sano no idealizar la despedida convirtiéndola en el acto que dará sentido y resumen a toda una vida, porque no lo es, es un hecho más de cariño, lo da especial relevancia que fuera el último, pero no olvides que hubo muchos más antes.
También invitaría a considerar que el no haber estado presente en el fallecimiento e incluso velatorio del ser querido, es sin duda un grandísimo acto de amor, el último y más grande que se ha podido ofrecer al ser que amamos, es un acto de generosidad, de responsabilidad y cuidado hacia los que más quieres, hacia ti mismo, hacia los más vulnerables, ¿se puede acaso honrar mejor a un ser querido que ofreciéndole la renuncia a aquello que tanto deseas por el bien de los demás? Esa si es una bella despedida.
Por último, recordamos que durante la cuarentena social por coronavirus la Unidad Móvil del Centro de Escucha no funciona. Sin embargo, continuamos conatención on line a través de nuestra web humanizar.esy en el teléfono 91 533 52 23.
El duelo sin despedida
miércoles, 18 de marzo de 2020 12:00h