Id y curad. Evangelizar el mundo de la salud y de la enfermedad.

Todas las veces que encontramos a Jesús en los Evangelios está sanando a alguien, ha sanado a alguien, o está yendo a sanar a alguien. 
 
Jesucristo es el anuncio y el ofrecimiento de la salvación de Dios bajo forma de salud. Jesús no desarrolla ningún discurso sobre la salud, sino que sencillamente genera salud tanto en los individuos como en la convivencia social. Todas las veces que encontramos a Jesús en los Evangelios está sanando a alguien, ha sanado a alguien, o está yendo a sanar a alguien.

Jesús se preocupa por los enfermos hasta el punto de que parece que no haya cosa más importante que hacer. Para él sanar a la persona enferma es más urgente que observar las prescripciones y reglas sociales. Pero no hemos de pensar sólo en las sanaciones.

Toda su actuación despierta y promueve salud auténtica: su condena de los mecanismos inhumanos y destructivos de la sociedad, su lucha contra los comportamientos patológicos de raíz religiosa, sus esfuerzos por crear una convivencia más solidaria y fraterna, su ofrecimiento del perdón reconciliador de dios, su ternura hacia los maltratados por la vida, su ayuda para recuperar un corazón más limpio y atento al Espíritu.

De hecho, toda la vida de Jesús fue una lucha para arrancar al hombre del sufrimiento, la enfermedad, el hambre, la tristeza, la desesperación, la muerte. Esta actitud de Jesús debe ser la que inspire el trabajo pastoral y el acercamiento cristiano a los enfermos y a todos los que sufren, y eso nos muestra José Antonio Pagola en este libro, indispensable para todos los que se dedican a la pastoral de la salud.