Cultivando la cultura paliativa y un modelo de cuidado humanizador

La afluencia de público a las XVIII Jornadas de Cuidados Paliativos confirma su interés por el aprendizaje y compromiso social

 

A lo largo del 4 y 5 de octubre, las XVIII Jornadas de Cuidados Paliativos organizadas por el Centro San Camilo han vuelto a colgar el cartel de “aforo completo”. Sus salones y aulas se han llenado de profesionales, voluntarios, familiares y personas que han querido empaparse de la cultura paliativa que, desde hace casi veinte años, viene desarrollándose desde su UCP y a través del Posgrado en Cuidados Paliativos Multidisciplinares impartido por el Centro. 

Asimismo han participado vía streaming alrededor de medio centenar de interesados, conectados desde América Latina, Europa y diversos puntos de la geografía española. “Es muy estimulante volver a ver el Centro y sus renovadas instalaciones llenas de gentes con tantas ganas de aprender” señaló al inicio Cristina Muñoz, coordinadora de las mismas, quien agradeció el regalo de los residentes a los visitantes: una manualidad imantada con forma de girasol (símbolo de los cuidados paliativos).

La mesa inaugural contó con la presencia de Magdalena Sánchez Sobrino, coordinadora regional de Cuidados Paliativos; Helena García Llana, vicepresidenta de la SECPAL; Jesús Moreno, alcalde de Tres Cantos y José Carlos Bermejo, director del Centro San Camilo. Éste último destacó el lema de este año en torno al Día Mundial de los Cuidados Paliativos (14 de octubre): Comunidades compasivas: Juntos por los Cuidados Paliativos, aludiendo a la compasión como deber ético. “La compasión es a la ternura como la rosa a su perfume” afirmó. 

 

Ponencias temáticas

La primera ponencia corrió a cargo de Jacinto Bátiz, doctor y patrono de la Fundación Pía Aguirreche, quien habló de la cultura paliativa y cómo humanizar el proceso del final de vida, exigiendo “que este modelo de cuidado no sea el privilegio de unos pocos sino el derecho de todos” destacó. A continuación, Yolanda López, psicóloga miembro del EAPS San Camilo, arrojó datos sobre la actualidad de los cuidados paliativo en España, donde “vivimos de espaldas a la muerte, por lo que necesitamos unos cuidados de calidad para los que nos debemos formar e investigar” añadió. 

Al día siguiente la conferencia central la protagonizó el filósofo y catedrático de la Universidad de Barcelona, Josep María Esquirol, bajo el título La hondura humana. Durante una hora disertó sobre la sensibilidad como la capacidad de  ser abierto, afectado. “El ser humano no solamente siente sino que sentimos que sentimos…por lo que responde a lo que le pasa y le traspasa, lo infinito, la herida de la vida, la muerte y el amor” resumió poéticamente.  

 

Actividades simultáneas

Paralelamente, en ambas tardes se sucedieron seis talleres teóricos y prácticos a cargo de trabajadores del Centro San Camilo y otros profesionales como Mireya Gómez, de la Fundación Gil Gayarre, quien abordó el acompañamiento a personas con discapacidad intelectual en proceso de final de vida y cuidados paliativos de larga duración. Una oportunidad que agradecieron los participantes que pudieron elegir también entre otras sesiones como: Manejo del deseo anticipado de muerte a final de la vida, Aprender a despedirse, Actualización en el abordaje de síntomas refractarios, Antropología de la muerte para acompañar mejor al final o Fisioterapia y actividad física como parte del cuidado paliativo.

 

Manifiesto y homenaje 

En la clausura de las jornadas José Carlos Bermejo, habló del ejemplo pionero de San Camilo en el siglo XVII en el final de vida y cómo se enfrentó a su propia muerte, que dio paso a la tradicional lectura del Manifiesto del Centro con motivo del Día internacional de los Cuidados Paliativos. 

Como colofón tuvo lugar la emotiva proyección sobre las manos que cuidan, enseñan, aprenden, acompañan y aman en San Camilo, que contó el mensaje sorpresa del Papa Francisco haciendo mención al lema camiliano “Más corazón en las manos”. Finalmente cerró el tradicional homenaje con velas de trabajadores y familiares a cuantos han pasado por la Unidad de Cuidados Paliativos del Centro cantando Gracias a la vida.