A las duras y a las maduras
Que no se me enfaden los liturgistas pero, por ganar tiempo y por simplificar, a lo mejor no era malo cambiar lo de “en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad”, por la fórmula rápida que propongo en el título y que abarca suficientemente todos los casos
Por José de Lucas, escritor.
Familia y testamento vital
Humanizar el morir pasa por muchos registros y es un reto deseado por toda la humanidad. Así como hemos crecido en conciencia de responsabilidad al inicio de la vida mediante la promoción del compromiso de la paternidad responsable, hemos de crecer también en conciencia y ejercicio de responsabilidad en el proceso del morir, tanto propio como de los seres queridos o personas confiadas a nuestro cuidado. Y en esto, como en tantas cosas, la familia juega un papel fundamental.
José Carlos Bermejo,
director del Centro de Humanización de la Salud.
La familia y el hospital. Un espacio para el reencuentro
Vivir como enfermo en un hospital implica una experiencia inolvidable, entre otras razones porque supone una ruptura con el recorrido biográfico y un cambio radical del entorno y de los propios valores de la existencia. Se abandona el domicilio, el contacto con los familiares y amigos y se introduce en un mundo desconocido, con leyes y normas en ocasiones disparatadas: no se puede hablar, no se pueden recibir visitas nada más que en horas determinadas, etc.
Alejandro Rocamora,
Médico psiquiatra